El Lugo que disfrutaremos
El Concello ha tenido la oportunidad de diseñar el Lugo que disfrutaremos los próximos años, y lo que ha hecho es francamente lamentable. Peatonalizar no significa enlosar, sino crear un entorno lo más sano y disfrutable posible. Sabemos que el contacto con la naturaleza mejora nuestra salud física y mental, y que las zonas verdes ayudan a regular la temperatura de las ciudades, que cada vez será mayor. Sin embargo, mientras las zonas verdes han sido reducidas a míseras jardineras y un puñado de árboles, el Concello se ha empleado a fondo en las farolas. Las he contado para ustedes: sin contar la plaza del Ferrol son 118 farolas nuevas (con seis focos cada una), habiendo instaladas y funcionando 59 antiguas. Dicho de otro modo, a 4.400 euros la unidad, son más de medio millón de euros en farolas. Sin entrar en la contaminación lumínica que produce todo este derroche innecesario. ¿Cómo dejamos que hayan convertido la ciudad en un amasijo de cemento y farolas? ¡Qué gran oportunidad perdida de diseñar un Lugo verde y habitable! Sustituyan tres de cada cuatro farolas por árboles y dennos la ciudad que merecemos. Cristina Rodríguez. Lugo.
Médicos: no hay momentos críticos
En el 2026 se espera que 350 facultativos se retiren. Dicen que es un momento crítico. No estoy de acuerdo. El momento crítico es aquel en el que sabes que vas a tener un problema y no haces nada, o lo que puedes, para amortiguarlo. Y es un momento crítico porque parece que hay síntomas de que desean que abandonemos la Seguridad Social, todos los que están descontentos. Y es un momento crítico porque los nuevos facultativos no han adquirido la suficiente veteranía en el puesto, porque no han sido contratados con tiempo suficiente para que ejerzan con suficiencia su labor. Por eso, si me lo permiten, yo no lo veo como un momento crítico, pero sí como el momento de la desidia que hace crítica una situación natural, el retiro de la gente. Andrés Nidáguila Casal. Pontedeume.
Humildes
Quiero pensar que existe una minoría cuyo único objetivo en la vida, sin ningún tipo de escrúpulo, es la búsqueda del poder a toda costa, obteniendo así enormes privilegios que les aporten un gran reconocimiento social, acompañado de riqueza fácil, rápida y abundante, aunque para ello tengan que saltarse las la leyes o, si no pueden, intentar influir para poder modificarlas en su propio beneficio.
Por el contrario, la gran mayoría de nosotros madrugamos, trabajamos duro, pagamos nuestros impuestos y tratamos de sacar adelante a nuestras familias, en algunos casos con enormes esfuerzos, ya que no todos hemos tenido las mismas oportunidades; y siempre cumpliendo con nuestros compromisos, familiares, personales, profesionales, respetando la ley con escrupuloso empeño.
Pues bien, con este comportamiento entiendo que no solo tenemos que estar tranquilos, sino muy orgullosos, puesto que con esta abnegada labor hacemos que nuestro país progrese, sea creíble, genere estabilidad, capte nuevas inversiones, cree ambiciosos proyectos industriales; en definitiva, que se dé estabilidad al tan maltratado Estado del bienestar.
Como decía el famoso dramaturgo Bertold Brecht, «el regalo más grande que le puedes dar a los demás es el ejemplo de tu propia vida». ¡Que no os confundan, intentémoslo! Juan Francisco García Casal. Guísamo (Bergondo).