
Necesario homenaje a Ramón Gómez de la Serna (Madrid, 1888; Buenos Aires, 1963), en estos tiempos incomprensibles que corren. Es el genio que nos avisó que «en la colilla del lápiz quedan las mejores ideas». Van algunas apuntadas en mis cuadernos de aprendiz. Son una forma de presentar mis respetos al creador del regate en corto en literatura con una inocente actualización de sus famosas greguerías, ya que él no pudo escribir por ejemplo sobre los móviles. Unas greguerías 3.0. El móvil nos inmoviliza. Es una extensión de las manos que nos las ata. Es un grillete con pantalla. Van algunas de gatos, de las que Gómez de la Serna hizo muchas: «En el gato se despereza la ese». Ya saben que él decía que una greguería era una especie de maridaje entre el aforismo y la metáfora. El bostezo de un gato es ver cómo se despereza la caverna del sueño a cámara lenta. Los gatos se mueven como si caminasen por una pasarela de modelos. Hay una sabiduría de siglos en el pasotismo de los gatos. Un gato está siempre en el modo ahorro de batería. Sobre edificios. Ramón amó las construcciones: «Un obelisco es una pirámide enflaquecida». Una barandilla es un brazo largo. El ascensor es un ataúd que está de pie y sirve para subir y bajar dentro del ataúd todavía más grande que es un edificio. La ciudad por la noche guiña los ojos desde las ventanas de las casas de los que ya duermen. La luna llena es la moneda de plata de los noctámbulos enamorados. El niño es un dibujo de colores. El adolescente es un boceto. El joven es un arco con mil flechas. El adulto es un arco sin flechas. El mayor es todos los cuadros del Prado. Sobre la bebida. El alcohol es el secante del alma. Bebemos para olvidar y no nos damos cuenta que nada es más importante que olvidarnos de beber. La migraña es la apisonadora y la ceguera del cerebro. Una jirafa es un periscopio de estrellas. Sigamos. Como Gómez de la Serna apuntó, «un diccionario quiere decir millonario en palabras». Una lancha es una zapatilla que se desliza por el mar. Un trasatlántico es un edificio que no se hunde. Un avión es un pájaro que engulle pasajeros. Los incuba en el vuelo. Y los da a luz en el aeropuerto de destino. La luz natural es un bebé que sonríe a sus padres. En el sur parece que pintan de azul el cielo cada mañana. En el norte llueve con un estilo de siglos. Amar es estar en otro planeta tan cómodo como sin salir de casa. Acariciar es la seda de los dedos. La corbata es una soga que nos ponemos nosotros mismos. Una oficina de seres que miran a pantallas es de una tristeza infinita. Una leona es una gata desmelenada y mayúscula. Las mayúsculas son las abusonas de las minúsculas. Cuando tomas el pulso buscas la taquigrafía del corazón. Un bastón es una pierna muerta que sirve para caminar. Soñar es el sueño de los insomnes. Viajar pone en hora las vidas. Una catedral es un castillo con fe. Una playa con sol es una parrilla para humanos. Un faro es un cíclope que cuida de los barcos. Pero terminemos con el maestro Gómez de la Serna: «La leche es el agua vestida de novia». O este otro del madrileño que resume Gaza o Ucrania: «La pistola es el grifo de la muerte». Actualizado hoy, sería los drones son los insectos de la muerte. Y cuando roban los políticos nos lastiman a todos.