Protéjase del sol

Manuel Aguilar PRESIDENTE DE LA JUNTA DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA CONTRA EL CÁNCER EN A CORUÑA

OPINIÓN

ALBERTO LÓPEZ

23 jun 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Cada verano veo que se repiten las mismas escenas: largas jornadas en la playa sin aplicar el protector solar, menores expuestos al sol durante horas sin una simple gorra o camiseta que los proteja, o deportistas entrenando al aire libre sin ninguna precaución. Sí, es cierto que el sol está ligado a algunos de nuestros mejores recuerdos, pero el sol también deja huella. Y esa huella puede convertirse en una amenaza real para nuestra salud.

Hablar de cáncer es necesario y mirar hacia otro lado no lo evita. En los últimos años los casos de cáncer de piel han aumentado un 40 %. Solo el pasado ejercicio se diagnosticaron cerca de 21.000 en España, más de 600 en la provincia de A Coruña. Muchos podrían haberse evitado, porque estamos ante uno de los tumores más prevenibles. Esa es la clave: prevenir.

Uno de los principales errores es olvidar que la radiación ultravioleta no entiende de estaciones. Da igual que el día esté nublado, la exposición al sol sigue dañando nuestras células. Y la piel, aunque no hable, no olvida. Por eso, desde la Asociación Española Contra el Cáncer recordamos la importancia de protegernos todos los días del año, especialmente desde edades tempranas. La piel tiene memoria, y todo lo que hagamos por cuidarla hoy, lo agradeceremos mañana.

Este verano, en la asociación, queremos estar más presentes que nunca. Donde está la gente, llevando mensajes claros, útiles y directos sobre cómo prevenir el cáncer de piel. Protegerse no es difícil, pero sí imprescindible. Basta con evitar el sol en las horas centrales del día; proteger la piel y la cabeza con ropa adecuada, gorras o sombreros; usar gafas de sol y aplicar protector solar con un factor de protección solar de 50 media hora antes de salir, renovándolo cada dos horas como mínimo o después de cada baño. También conviene revisar la piel con regularidad y acudir al dermatólogo si detectamos algún lunar sospechoso. Y decir no a las cabinas de bronceado.

Cuidarse no es renunciar al sol, es aprender a convivir con él sin poner en riesgo nuestra salud. Y aunque existen colectivos especialmente vulnerables —niños, personas que practican deporte o trabajan al aire libre, o quienes siguen determinados tratamientos—, en realidad proteger la piel debería ser tan natural para todos como ponerse un abrigo cuando hace frío.

Nuestro objetivo es claro: hacer de la prevención un gesto cotidiano. El sol puede ser un gran aliado o convertirse en un riesgo si no tomamos precauciones.