
El hombre que en la foto hace el gesto de introducirse en un vehículo con el copete rotulado con la palabra taxi, ergo acaso sea un taxi, se parece tanto a José Luis Ábalos que podría decirse que es José Luis Ábalos, aun a riesgo de que él mismo intente desmentirlo. Uno empieza no reconociéndose en unos audios de Grabaciones Koldo y acaba negando su presencia en todo lugar y en toda circunstancia, acaba negando haber sido ministro y hombre todopoderoso en el PSOE, acaba negando, en fin, ser la persona entre el taxi y la nube de fotógrafos, ya se sabe que los reporteros gráficos tanto se juntan para inmortalizar a un actor de éxito como a un corrupto de éxito. Ábalos. A saber si tampoco José Luis se reconoce como el hombre que, en la puerta de su casa, tras el registro de la UCO, emergió con una camiseta con la leyenda Orlando. No Montana. No Phoenix. Orlando. Es todo tan reconocible que ni el cuate Pedro se ha atrevido a negar que aquí hay tomate.