La rabia sigue siendo una amenaza

María del Mar Tomás Carmona / Marta Díaz Menéndez MÉDICA MICROBIÓLOGA DEL HOSPITAL A CORUÑA, COORDINADORA DEL GRUPO MICROTM DEL INSTITUTO DE INVESTIGACIÓN BIOMÉDICA (INIBIC); Y MÉDICO INTERNISTA, PRESIDENTA DEL GRUPO DE ESTUDIO DE PATOLOGÍA IMPORTADA (GEPI) DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE ENFERMEDADES INFECCIOSAS Y MICROBIOLOGÍA CLÍNICA (SEIMC), RESPECTIVAMENTE

OPINIÓN

HOTLI SIMANJUNTAK | EFE

24 jun 2025 . Actualizado a las 10:49 h.

La rabia es una enfermedad mortal, pero prevenible mediante la vacunación y la adopción de medidas adecuadas tras una exposición. La reciente confirmación de un caso en España, de una persona que finalmente ha fallecido, subraya la necesidad de reforzar la prevención, mejorar la formación de los profesionales de la salud y garantizar el acceso a servicios de vacunación y asesoramiento para los viajeros.

El patógeno responsable de la rabia es el virus de la familia Rhabdoviridae, del género Lyssavirus. Los principales vectores de transmisión son mamíferos carnívoros y quirópteros (murciélagos), perros (fuente principal en áreas endémicas de Asia y África), gatos, zorros, mapaches, zorrillos y quirópteros (sobre todo murciélagos, reservorio principal en América). Las principales vías de transmisión son la mordedura o arañazo, que introduce saliva infectada en el cuerpo, y el contacto de mucosas o heridas abiertas con saliva o tejido nervioso infectado. Es importante destacar que no se transmite por el aire ni por contacto casual (tocarse o estar cerca de animales infectados, sin contacto directo).

Los síntomas clínicos incluyen un período de incubación de 1 a 3 meses, aunque puede variar de días a años; una fase de clínica subaguda asociada a fiebre, malestar general, cefalea, fatiga y dolor o prurito en el sitio de la mordedura (muy característico). Posteriormente, en la fase aguda neurológica destacan dos formas: furiosa (80 % de los casos), asociada a agitación, hiperactividad, hidrofobia, aerofobia, alucinaciones y espasmos musculares; y paralítica, con debilidad progresiva y coma. Finalmente, tras la aparición de síntomas puede llegar a producirse un paro respiratorio, con una mortalidad cercana al 100 % a pesar del tratamiento de soporte. Cada año mueren de rabia en el mundo 60.000 personas, de las cuales el 40 % son niños, según la OMS.

El citado caso en España se trató de un viajero que fue mordido por un perro en julio del 2024 en Etiopía y que no solicitó atención médica ni vacunación posexposición en ese momento. Meses después acudió en varias ocasiones a urgencias por diversos síntomas, hasta que, ante la presencia de manifestaciones neurológicas graves, fue ingresado en la uci y posteriormente falleció. Finalmente se confirmó el diagnóstico de rabia por el Centro Nacional de Microbiología.

Desde SEIMC (Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica, www. seimc.org), el Grupo de Estudio de Patología Importada (GEPI) quiere transmitir las siguientes lecciones clave:

—La rabia es una enfermedad letal, pero evitable con profilaxis pre o postexposición precoz.

—La historia clínica debe incluir siempre antecedentes de viaje reciente, especialmente en cuadros neurológicos o atípicos.

—Este último caso demuestra que, incluso con varias consultas médicas, la rabia puede pasar desapercibida si no se considera el contexto epidemiológico.

Además hay que destacar las siguientes indicaciones para viajeros a zonas endémicas (África, Asia, América Latina):

—Consultar en un centro de vacunación internacional (CVI) con semanas de antelación para recibir información sobre medidas de protección y valorar si es candidato a recibir la profilaxis preexposición.

—Evitar el contacto con animales callejeros o salvajes.

—Si sufre una mordedura, lavar inmediatamente la herida y buscar atención médica urgente, aunque la herida parezca leve.

—A la vuelta, si ha habido contacto con animales o heridas, informar siempre al profesional sanitario, incluso en ausencia de síntomas.

Finalmente, un llamamiento a las autoridades sanitarias para solicitar una revisión urgente del sistema de atención al viajero en España:

—Garantizar la disponibilidad de vacunas antirrábicas e inmunoglobulinas en todos los centros autorizados.

—Aumentar el número de centros accesibles para consulta previaje y facilitar el acceso a citas para que ningún viajero se vea obligado a viajar sin haber sido valorado. Actualmente existen pocos centros de vacunación internacional y muchos de ellos carecen de citas disponibles, lo que impide que numerosos viajeros sean valorados antes de su partida.