
Estos días he asistido a un curso de verano sobre la crisis de la vivienda en España. De las muchas informaciones que allí se compartieron, me impresionaron dos: en primer lugar, que frente al 9 % de media de la UE (con Países Bajos y Austria a la cabeza con más de un 20 %), España solo tiene un 1,7 % de parque público de viviendas, porcentaje que apenas ha variado en los últimos cinco años. Será que es más fácil hablar que dar trigo, por eso probablemente Pablo Iglesias se encuentre tan cómodo en el papel de tertuliano.
Lo segundo que me llamó la atención fue el concepto «chabolismo vertical» que, no sé ustedes, pero yo nunca había oído. Se refiere a los miles de personas que en nuestro país (sí, en España) viven en condiciones precarias, similares a las de un asentamiento chabolista, dentro de edificios situados en las ciudades, familias enteras hacinadas en una habitación y compartiendo el cuarto de baño y la cocina con personas en idéntica situación. No me puedo imaginar lo que tiene que ser eso. Creo que, en este asunto, como en muchos otros, falta sentido de Estado y sobra narrativa que divide.