Las muertes que nadie quiere ver

Cartas al director
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OPINIÓN

ANGEL MANSO

04 jul 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Muertes evitables que se repiten año tras año

La noticia estremecedora de una madre que decapitó a su bebé de cinco días ha conmocionado a la opinión pública española. No es para menos: se trata de un acto de una brutalidad difícil de procesar. Pero una sociedad madura no solo debe reaccionar con indignación ante los horrores más explícitos, sino también mirar de frente las muertes evitables que se repiten cada año sin titulares, sin indignación y, peor aún, sin soluciones.

Entre el 2007 y 2022, se registraron en España al menos 50 filicidios —asesinatos de hijos a manos de sus progenitores—, según sentencias firmes. De ellos, 26 fueron cometidos por madres. Sin embargo, este tipo de crímenes rara vez aparece en las estadísticas oficiales o en los informes institucionales sobre violencia. ¿La razón? La legislación y los mecanismos de conteo priorizan —con razón— los feminicidios y la violencia de género, pero dejan fuera otras formas de violencia intrafamiliar que también deberían interpelarnos como sociedad. Los asesinatos de bebés y niños no se registran bajo una categoría visible. Se diluyen en los márgenes del sistema.

Mientras tanto, otras muertes igualmente evitables siguen ocurriendo en cifras alarmantes. En el 2024, un total de 796 personas murieron en su puesto de trabajo. Son casi dos al día. No por catástrofes inevitables, sino por incumplimientos en prevención de riesgos, negligencia empresarial o condiciones precarias. A esto se suman más de 1.000 personas que mueren al año en España a causa del frío, y alrededor de 1.300 por olas de calor. La pobreza energética, la falta de vivienda digna y la ausencia de planes públicos efectivos para proteger a las personas vulnerables siguen costando vidas, muchas más que los casos que llegan a la prensa. En definitiva, más de 18.000 muertes al año se producen en España por causas externas, muchas de ellas prevenibles: homicidios, accidentes de tráfico, laborales, climáticos. Sin embargo, no todas esas muertes tienen el mismo eco. La violencia mediática, como la violencia institucional, elige sus víctimas. Algunos crímenes horribles se convierten en banderas para políticas públicas; otros pasan sin pena ni gloria. El problema no es visibilizar el horror cuando sucede, sino invisibilizar todo lo demás. Jesús Rodríguez.

 Romaría Dos Catro Cabaleiros

A bombo y platillo se anuncia la romería Dos Catro Cabaleiros a celebrar el próximo día 6 de julio en O Alto do Castro. Me sumo a invitarles a tan loable evento, a iniciativa de la Asociación Fonte do Milagro y patrocinada, entre otras entidades, por los Concellos de Folgoso do Courel, Samos, Incio e A Pobra do Brollón, además de por la vicepresidencia de Cultura de la Diputación de Lugo. Invito a la vicepresidencia a comunicarse con su vecina Área de Vías y Obras y consultarle cómo se encuentran los accesos a dicho enclave.

Invito también a todas las personalidades representantes de los concellos patrocinadores y asistentes al evento, a acudir utilizando el acceso por la carretera LU-P-4707 y lo hagan preferentemente en un turismo de los que solemos poseer la mayoría de los vecinos, para comprobar el asolado paisaje posincendio del verano del 2022 y recorrer el «camino de cabras» en el que se ha convertido la citada vía —desde A Pousa— como consecuencia del constante tráfico de camiones de gran tonelaje de las empresas madereras durante los tres años transcurridos desde dicho incendio. ¿Para cuándo señores gobernantes el reparar la tan maltrecha vía después de tres años de espera? ¿No se supone que las madereras que participaron en la corta han puesto sus fianzas para garantizar dicha reparación? ¿Vamos a meternos en otro invierno para tener la excusa de alargarlo un año más? Ya sé que no es el territorio más poblado y rentable en votos de la provincia, aquella esquina olvidada de A Pobra do Brollón, que transcurre en el último tramo de la carretera LU-P-4707 (Lebrón, Forgas, Covadelas y finalmente A Veneira de Roques), pero luego se nos llena la boca hablando de dar servicios a la «España vaciada».

Yo soy una firme defensora de dicha «España vaciada», pero créanme que me lo ponen muy difícil, con mi turismo ya es prácticamente imposible el poder llegar a mi querida Veneira. Así que calculo que la citada romería tendrá su punto de éxito y saldrá alguna reseña en los periódicos, (no sé si tendrá la misma suerte esta carta, que yo quisiera publicar), pero a ella acudirán aquellos afortunados propietarios de vehículos todoterreno, aptos para competir en el París-Dakar que es la carretera LU-P-4707, o quienes, conociendo el percal, acudan desde otras vías provenientes de concellos distintos al de A Pobra do Brollón. Y continuando con celebraciones, también es imposible pensar en volver a celebrar nuestra santa María Magdalena, Patrona de A Veneira el próximo 22 de julio.

De nosotros no se olvidan, sin embargo, para enviarnos los apremios para que cumplamos con las obligaciones de limpieza forestal impuestas por la Ley 3/2007, de 9 de abril, de prevención y defensa contra los incendios forestales de Galicia y esta también es otra tarea, créanme que titánica, y dificultada muy especialmente por los accesos, tanto para los propietarios de los terrenos, como para posibles trabajadores que se quieran contratar al efecto.

Y para finalizar esta carta, quiero recordar que, el no tener servicios no significa que los impuestos no nos lleguen puntualmente (como si los tuviéramos) y aquí los «terratenientes» los pagamos resignadamente, a la espera de que estos sirvan para algo…

Todo sea por el amor, con mayúsculas, a la terriña que nos veu nacer. Mª Luz Vizcaíno Rivera, Isabel Orille Pombo, Mª Carmen Veloso Orille, Hilda Vizcaíno Rivera, María del Mar López Cortiñas, Estíbaliz Iglesias Vizcaíno. A Veneira de Roques.