
El 15 de julio del 2023 Feijoo se subió a un autobús repleto de periodistas y compartió, no solo el trayecto Logroño-Pamplona, sino también sus impresiones sobre el momento político. Se mostró confiado en su éxito, convencido de que iba a gobernar, y pidió el voto para el PP con un argumento claro: evitar depender de Vox. Era sábado. Faltaban ocho días para votar. La campaña se le hizo muy larga y el domingo 23 de julio sencillamente los números no daban. ¿Por qué? La respuesta está en las mujeres de Sánchez.
La mayoría de análisis coincidieron en que el voto femenino se movilizó hacia el PSOE, no tanto porque les convenciera la propuesta de un candidato que ya se había permitido medidas polémicas como el indulto a los condenados por el procés, sino por el miedo a que Vox pudiera entrar, o al menos condicionar, un Gobierno del PP. Las críticas de Abascal a las políticas de igualdad, la apuesta por derogar las medidas contra la violencia de género, su oposición al aborto... convencieron a miles de mujeres de que había que impedir que Vox llegase al Gobierno. Si en las semanas previas el PP había materializado los acuerdos con los de Abascal en la Comunidad Valenciana y Extremadura, ¿cómo confiar en que Feijoo no cedería algún ministerio?
Dos años después, la corrupción —que cuando cayó en el lado contrario llevó a Pedro Sánchez a la Moncloa—, lo está cercando a él. Y como en casi todos los gobiernos ha habido una, dos o toda una trama de manzanas podridas, la tolerancia de los españoles con los desmanes económicos es bastante alta. Lo que verdaderamente ha destrozado a Sánchez ante el electorado femenino son los audios de la vergüenza. Si el escándalo fuese solo financiero —y no afectara a la financiación del PSOE—, el plan de 15 medidas presentado ayer pudiera ofrecer oxígeno e intentar encaminar el partido a una recuperación. Pero los audios de Ábalos tienen poca justificación, y no hay agencia contra la corrupción capaz de arreglar el desaguisado.
¿De verdad que Pedro Sánchez no sabía que tenía a un alter ego del Torrente de Santiago Segura al frente del partido en lugar de una persona consecuente con los principios y banderas del partido? ¿Nunca se habló de mujeres en el Peugeot? Lo que es evidente es que los audios han dañado la credibilidad del PSOE cuando enarbola la bandera feminista, al quedar al descubierto que los comportamientos machistas anidan en la mismísima cúpula.
Hace dos años las mujeres salvaron a Sánchez. Ahora seguramente le retirarán el apoyo. No solo por lo que dijo e hizo Ábalos, sino por la sospecha de que se miró hacia otro lado.