
Voy a votar a...
Ante las nuevas elecciones, cuando se presenten, a quién votaremos. ¿Al PSOE, en manos de un personaje que se cree perfecto, con un claro ego narcisista, enfangado en la corrupción y la mentira los avala? ¿Al PP, igualmente involucrado en corrupciones pasadas que afloran y sin un claro guion de Gobierno? ¿A Sumar que no ha demostrado su capacidad para gobernar y refugiado en la ambigüedad? ¿A Podemos, una sucursal de la Venezuela actual dados sus planteamientos o a Vox que se extralimita en sus propuestas y se muestra prepotente? ¿Entonces, a quién? Lo ideal sería no votar a ninguno de ellos y en su caso como ya alguien lo ha dicho, al pato Donald, el de los dibujos animados. Ángel Santamaría.
El objetivo de las falsas verdades
«Cambió de opinión» desde el primer momento. «Cambió de opinión» antes de ser lo que es y «cambió de opinión» ahora que lo es. ¿Pero, por qué? ¿Qué hay de útil en no decir la verdad? Promete a la gente de todo. Promete unidad a los ciudadanos, pero busca federalizar el Estado; promete bienestar a los trabajadores, pero quiere despojar de recursos a los «ricos» y a las empresas e imponer un exíguo salario mínimo vital para que «todos puedan llegar»; promete igualdad y convivencia a la población, pero fomenta la discriminación de hecho y la desigualdad de derecho; promete democracia limpia, pero truca elecciones y emponzoña las instituciones para acaparar el poder imposibilitando la alternancia. Curiosamente, como Lenin prometió tierra a los campesinos, pero nacionalizó toda la tierra e impuso el trabajo en granjas colectivas; como Lenin prometió la dirección de las fábricas a los trabajadores, pero centralizó el control de todo el trabajo bajo la dirección única de su partido y su plan; como Lenin prometió una democracia auténtica no-burguesa, pero asaltó el poder y enterró durante 70 años las elecciones libres. Lenin no decía la verdad y lo sabía. Él también. Ambos lo hacen con objetivos y los legitiman sobre la misma base: el fin justifica los medios. Una no verdad es útil si permite alcanzar y realizar la revolución —Lenin— o la dominación —Sánchez—. Siempre socialista radical. Lo demás y los demás son prescindibles. Quedará lo que debe ser y quedarán los que deben estar. Y sus resultados. Y sus falsas verdades. José Eguiegaray. Bruselas.
Gaza «mon amour»
Ni vemos, ni padecemos, ni sentimos. Miramos; hacemos como que nos indigna, y unas cañas. Ante nuestros ojos se está cometiendo un genocidio en vivo y en directo. Un formidable ejército masacra día sí y día también a una población moribunda, cuya avanzada tecnología de defensa son unas cacerolas agujereadas y raídas. Gaza devastada y olvidada. Racismo y xenofobia a la enésima potencia.
Mis hijas, en la playa. Las suyas, en un curso avanzado de inglés en Dublín. Las de la familia El Masri, en una tumba. Todo bien. El domingo, a misa de 12. f. Javier Santos. Porto do son.