Con independencia de si lo afirmado por Juana Rivas para no entregar a su hijo menor a su padre italiano, quien ostenta su guarda y custodia, sea cierto o no, no es de recibo la inoperatividad que está demostrando la Justicia española para resolver este asunto. Se señala una fecha para la entrega y, como varios colectivos de apoyo a la mujer granadina se acercaron al punto de encuentro familiar, se pospone esta para cuatro días después requiriendo la jueza de forma urgente un informe del personal técnico del punto de encuentro. ¿No tendría que haberse solicitado por el juzgador ese informe antes de señalarse la entrega del hijo menor al padre? ¿No puede llegar a pensar la ciudadanía, y muchos sentirse agraviados comparativamente, que al resto de usuarios de los juzgados de familia no se les resuelven los mismos problemas por no llevar infinidad de personas a manifestarse a la puerta del juzgado? Son temas extremadamente delicados por lo cual los menores tienen que ser previa y concienzudamente examinados por lo equipos psicosociales para descartar posibles manipulaciones. Si queda claro que está manipulado, tendrá que ir con el padre y que la fiscalía actúe contra la madre. Si el chico no miente, pues adelante con el interés del menor.