La economía española desde el 2018: seis perspectivas
OPINIÓN

Desde el Gobierno y muchos medios nacionales y extranjeros oímos constantemente el mensaje de la excelente marcha de la economía española, especialmente desde hace tres años. Nos preguntamos cuál ha sido la realidad económica desde el 2018, año de inicio de la actual etapa del PSOE, y lo haremos a través de cinco aspectos económicos básicos.
1. El crecimiento económico se mide a través del Producto Interior Bruto (PIB) y, efectivamente, este ha crecido en España en términos reales desde el 2018 más que en Europa, algo más del 13 %, frente a menos del 10 % de la UE. La economía española ha crecido más que la media de Europa en este período, un hecho importante, real e indiscutible.
2. Pero lo que va a nuestros bolsillos no es el PIB global, sino el PIB per cápita, lo que nos toca a cada uno, y en este ámbito las cosas son diferentes. La población española, debido a la inmigración, ha crecido mucho más que la media de Europa: somos casi 50 millones, 2,5 millones más que hace 7 años, un 5,3 % en tasa relativa, frente al estancamiento poblacional europeo (1 %). Por ese motivo, aunque el volumen del PIB de España haya crecido más que el de Europa, el per cápita ha progresado menos: España, el 3,1 %, Europa casi un 6 %.
3. Y lo que está detrás de este escaso avance del PIB per cápita es el indicador económico más importante: productividad. La productividad es el PIB que genera cada trabajador, y ahí España está francamente mal, la productividad de España no llega al 90 % de la media de Europa, evolucionando en España y Europa de manera análoga al PIB per cápita: en España progresa el 3 %, la mitad que el dato europeo.
4. ¿Y qué le ha pasado a nuestros salarios y a nuestro poder adquisitivo? También mal, a consecuencia de ese pobre avance de la productividad y a unos impuestos que no dejan de crecer (el tramo estatal del IRPF no se ha deflactado desde el año 2008, lo que provoca un aumento de la presión fiscal cuando nos suben los sueldos, para compensar la inflación).
Sin contemplar el tema fiscal, los salarios reales en España apenas han levantado el vuelo en el período (con el tema fiscal han retrocedido levemente). Los de Europa han aumentado ligeramente, entre el 3 % y el 5 %.
5. Por último, otros indicadores económicos tampoco favorecen a España. La parte más importante del crecimiento español tiene su origen en el consumo público, que aporta más que el privado en nuestro modelo de crecimiento. El origen de ese consumo público es el alza del gasto público e impuestos (el gasto público en el 2024 alcanzó 723.000 millones de euros, el 45,4 % del PIB, con una subida del 44,3 % desde el 2018).
Ese gasto público no viene solamente del aumento de la recaudación, también de la deuda, lo que no es nada bueno. En el 2024 el volumen de deuda pública en circulación ascendía a 1.622 miles de millones (102 % del PIB, el quinto país con más deuda), con una elevación del 40 % sobre el 2018. También las ayudas de Europa procedentes de los Fondos Next Generation aportaron consumo público (eso sí que es bueno, porque moderniza el sistema productivo sin coste).
6. Hay 22,3 millones de personas trabajando, 3 millones más que en el 2018, aunque la tasa de paro sigue siendo la más alta de Europa y la OCDE.
España ha sido capaz de crear más riqueza y empleo que Europa en estos siete años, pero este avance ha sido gracias a la entrada masiva de emigrantes extranjeros. Obviamente, nuestra economía ha creado las condiciones para absorber esa inmigración y crear riqueza, pero a través de empleo de bajo valor añadido (turismo y hostelería) y mucho consumo público, al que pronto habrá que ponerle coto.
Es crucial un impulso para mejorar el modelo económico español, para potenciar la productividad. Más economía productiva, más sector privado y mucha menos burocracia. Aliviar la presión fiscal que representan las cotizaciones a la Seguridad Social que pagan las empresas, en la parte alta de Europa y la OCDE, para llegar al pleno empleo, y deflactar de forma inmediata el tramo estatal del IRPF con la inflación sufrida estos años ,para que los asalariados ganen poder adquisitivo.
No tomar medidas significará un agotamiento del modelo, así no convergeremos con Europa y la OCDE.