El abuso y la fuerza tumban la legalidad internacional

Ernesto Sánchez Pombo
Ernesto S. Pombo EL REINO DE LA LLUVIA

OPINIÓN

J.P.Gandul | EFE

15 sep 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Hubo un tiempo en el que la legalidad internacional marcaba las relaciones de los Estados soberanos del planeta. El respeto a las normas que regulan el comportamiento de esos Estados y de otros actores internacionales estaba por encima de cualquier interés particular. Y quien se saltaba lo establecido en el ordenamiento jurídico debía enfrentarse a las consecuencias en forma de sanciones económicas, responsabilidades penales y pérdida de confianza y reputación. Entre otras. Eso fue no hace mucho.

Pero, de un tiempo a esta parte, saltarse el derecho internacional, pisotear las normas de las relaciones internacionales, no solo está de moda sino que otorgan un plus de respeto y temor. Dicho de otro modo, la legalidad internacional ha sido derribada por la fuerza y la sinrazón. Por el matonismo.

Porque en estos tiempos más que nunca se impone la firmeza de la agresión. Eso de que un Estado no puede violar las fronteras de otro Estado soberano ya no forma parte del derecho internacional. Es una milonga, que dicen los argentinos. Y así entramos en una fase en la que todo vale e impera la ley del más fuerte. Se impone el matonismo. Parece como si nadie tuviera derechos, deberes y responsabilidades mutuas. La diplomacia y los tratados son papel mojado.

La violación y agresión de Rusia a Polonia es el último capítulo. Aun sin desprendernos de la invasión a Ucrania o el genocidio en Palestina. Sin olvidarnos de los ataques judíos a Catar, Líbano, Irak o Irán. O de las bravuconadas del amigo del pederasta Epstein, que vive instalado en la amenaza permanente, cuando no en la voladura de una embarcación venezolana en aguas del Caribe pese a que había alterado su rumbo tal y como le indicaban las fuerzas norteamericanas. Nada se respeta. Se imponen las provocaciones, el abuso y la fuerza.

Nos encontramos en el peor momento. Con el nuevo orden mundial en construcción, todo lo que se haga en estos tiempos puede determinar ese supuesto nuevo período. De la peligrosa situación en la que se halla el mundo de hoy da idea el número de violaciones de fronteras y ataques a países soberanos. Que casi siempre son el anuncio de guerras para hacerse con el control de países ajenos.

Los toscos y bárbaros Putin, Netanyahu y Trump, por citar los cabecillas de la banda y los alumnos más aventajados, nos están llevando por un camino imposible. Y cuando derriben totalmente la legalidad internacional, tarea ya iniciada, con el silencio cómplice de la ONU, la OMC, la OTAN y la UE, entre otros, la tarea les resultará más fácil. Y nos regiremos por las normas que quieran imponer.

Lo que se nos vine encima puede ser aún peor que los tiempos que vivimos. Porque si no somos capaces de respetar los preceptos que nos dimos, si hacemos saltar por los aires la legalidad internacional, lo aceptaremos todo. Hasta aplaudir a quienes acabarán por volarnos la cabeza.