Hijo de Enoc, abuelo de Noé, según cuenta la Biblia en el libro del Génesis, vivió 969 años. Matusalén no es un mito literario, es una vieja pretensión del ser humano como ideal de vida, casi un milenio fue su estancia terrenal; sus sucesores, sus cientos de hijos, no fueron tan longevos.
El número oficial de los mayores de cien años que viven en Galicia es 1.823, predominando las mujeres, y es Ourense el territorio mas envejecido. Tanto que está a punto de ser incluido en la llamada zona azul, donde están la ciudad japonesa de Okinawa, con 68 centenarios por cada cien mil habitantes, y la isla de Cerdeña. Ourense tiene 75 súper ancianos por cien mil habitantes.
El secreto pienso yo que puede estar en la dieta habitual de caldo de grelos, los productos derivados del cerdo y un toque cotidiano de licor café. Treinta y una personas superan en esa provincia los 105 años de edad.
Pero el síndrome de Matusalén está más vigente que nunca y ya no resulta utópica la búsqueda de la inmortalidad, que siempre fue un viejo deseo de los hombres expresado en la ciencia popular, en la literatura y en el ansia de competir con Dios que a lo largo de los siglos estuvo siempre presente.
En el antiguo Egipto, el arte del embalsamamiento propició la existencia de las momias, que creían en un viaje de ida y vuelta al mas allá, aunque las teorías de la reencarnación, de la resurrección de la carne y de otras transmigraciones son motivo de otro artículo.
Apuntamos la criogenización como vía primera para alcanzar una nueva vida después de muerto y congelar el cuerpo a muy baja temperatura hasta que la ciencia descubra los remedios que curen la causa de la muerte. Los científicos son escépticos y consideran especulativas estas prácticas que comienzan a consolidarse en los Estados Unidos y en Rusia por la compañía Alcor. Fue precisamente el líder ruso Putin quien, en amena conversación con el mandatario chino Xi Jinping, habló de la posibilidad de vivir 150 años, no sé si de dictadura o de esperanza de vida. Citaron la medicina de trasplantes, acaso la de precisión a partir del ADN, y quizá se aliaron para llegar juntos a esa edad demasiado provecta.
Dios no juega a los dados, ni con el universo ni con nosotros, y la ciencia tiene la respuesta al deseo de ser inmortales, aunque el primer capítulo se cierre, según ellos, a los 150. Muchos menos que Matusalén, que no sé yo si tomaría en su dieta licor café.