Patillas cortijeras

OPINIÓN

A. Pérez Meca | EUROPAPRESS

23 sep 2025 . Actualizado a las 11:58 h.

¿Conocen las patillas cortijeras? Seguro que no porque en Galicia ni se estilan esas matas de pelo adornando las mejillas varoniles ni hay cortijos. Yo vivo rodeado de ellas y ellos y no crean que esa moda capilar es un tema baladí. La ausencia o presencia de patillas cortijeras es un indicio de la fuerza de Vox en una región. En Extremadura, abundan esas pilosidades en forma de hacha inspiradas en El Tempranillo, Vox tiene un diputado nacional y controla al Gobierno autonómico. En Galicia, no se ven y Vox tenía un concejal en la región.

Cada vez que hay elecciones, los analistas se preguntan por qué Vox está desaparecido en Galicia. Hay razones de peso más allá de las patillas. Vox es un partido de medidas radicales y verdades absolutas y en Galicia, lo tajante provoca urticaria. Si nos dan a elegir entre muslo y pechuga, recelamos: «Bueeeeno». El manual básico de la polarización sostiene que la caza y los toros son de derecha radical. ¿Y la pesca? Galicia es un país de pescadores, un entretenimiento sin adscripción política. Los pueblos de pescadores son pacientes, escépticos, comedidos y rehúyen el conflicto fanático.

¿Y qué dice el manual sobre las procesiones? Aparentemente, son desfiles ultraconservadores con tanto himno, tanta marcha militar y tanto legionario. Pero las procesiones populares gallegas son transversales, la ciudadanía acompaña a san Roque o a santa Rita con una vela y mucho respeto, militando antes en la devoción que en la trinchera. Para entender lo de Vox, hay que fijarse en los vecinos con quienes nos cruzamos por las calles de Vigo o Monforte. Aquí es difícil distinguir la ideología por la apariencia: no calzan botas camperas, no gastan viseras de cuadros, no peinan patillas cortijeras… No hay Vox.