Ábalos y compañía o el PSOE

César Casal González
César Casal CORAZONADAS

OPINIÓN

BENITO ORDOÑEZ

07 oct 2025 . Actualizado a las 12:18 h.

No hay otra. Ellos a título personal o el partido. La diferencia cuando se aclare será llave de la legislatura. El informe de la UCO señala de momento a Ábalos y Koldo como los receptores de los pagos en efectivo que se hicieron desde la sede del PSOE. Que Koldo y compañía le llamasen «chistorras» a los billetes de 500 euros, «soles» a los de 200 euros y «lechugas» a los de cien demuestra una chusca voluntad de ocultación y lo cutre de su habilidad lingüística, más propia de un filme de Torrente que de la vida seria de una nación. El exministro utilizaba la palabra folios para las entregas de presuntos pagos en dinero negro. Necesito más folios, decía a su escudero Koldo. El cruce de esas cantidades con el volcado de los móviles hace creíble, según la investigación, que Ábalos pidiera más folios, más dinero, para mantener su dudoso tren de vida.

Ábalos lo niega todo, como siempre. Y destaca un error en unas fechas del informe de la UCO para desacreditarlo. Cuando la Guardia Civil habla de un regalo a una de sus parejas, el ex ministro y exsecretario de Organización del PSOE pone el grito en el cielo y subraya que aún no conocía a esa chica. Lo demás lo niega sin mayores aportaciones. Mi hijo no era custodio del dinero. Son abonos acreditados en las cuentas del partido por gastos que realicé. El instituto armado le contradice y asegura que ese dinero no está documentado.

La clave es si seguimos hablando de la acusación de enriquecimiento de Ábalos, Koldo y Cerdán, este ya en la cárcel, o si podría tratarse de un sistema que salpicaría al PSOE, con una supuesta financiación ilegal. La famosa contabilidad B que hizo caer a Rajoy y llegar a Sánchez, en una moción de censura que se ejecutó para que ese tipo de prácticas no volviesen a suceder, no regresasen para avergonzarnos. En aquella moción, el definitivo beso de Judas a Rajoy se lo dio el PNV. Aquí, por ahora, no hay una libreta con iniciales como la que crucificó a Bárcenas, donde figuraba hasta un M. R. No hay en esos fondos dudosos de Ferraz nota o acreditación alguna de un P. S., ni siquiera de sobresueldos a otros que no sean los señalados de siempre. Las declaraciones de Víctor Aldama y las de la empresaria del caso hidrocarburos Carmen Pano, que asegura haber entregado en Ferraz 90.000 euros en mordidas, hacen dudar de que únicamente se trate de tres pillos que hacían lo que les daba la gana, sin que Sánchez se enterase de nada.

Es en ese punto donde la justicia debe poner luz y dirimir si estamos ante financiación ilegal del partido, lo que obligaría a elecciones sin alargar más los cuidados paliativos políticos de Sánchez. O si, como sostienen desde Ferraz y reitera el presidente, es cierto que los pagos pasan una doble prueba del algodón, las del Tribunal de Cuentas y las de una auditoría externa. Entonces habría solo más pruebas contra los pillos que le han engañado desde hace años, a pesar de tenerlos al lado y de haberles dado por delegación todo el poder. Es difícil seguir sosteniendo ese relato. Pero, si es así, el PSOE se libraría de la contabilidad B y lo que tendríamos es un presidente al que sus elegidos más cercanos le tomaron el pelo en su cara de forma espectacular, que no es poca cosa.