Fui corriendo a buscarla y, aunque la mayoría de las librerías la habían devuelto, conseguí encontrarla. Desperta Ferro es una editorial independiente fundada en el 2010 por tres historiadores sin financiación externa, subvenciones ni apoyo institucional. Cuenta con cuatro cabeceras bimestrales que llevan quince años divulgando temas de historia (antigua, medieval, moderna y contemporánea) y arqueología, con textos y análisis rigurosos firmados por especialistas y expertos del mundo académico. Acompañan sus reportajes de gráficos, mapas, fotografías e ilustraciones que recrean momentos pasados, y es en este último punto donde se produjo la polémica.
La portada del último número de Desperta Ferro. Arqueología e Historia, un extraordinario monográfico dedicado a los vascones, mostraba a una familia de este pueblo de la península ibérica (siglos I a. C. al X) con el padre luciendo en el cuello la «Mano de Irulegui», una pieza desenterrada en Navarra, cerca de Pamplona, en el 2021. Es una placa de bronce con cuatro líneas escritas en una lengua desconocida pero que algunos estudiosos relacionan con el euskera, lo cual avalaría que el origen del pueblo vasco se encuentra en esta región que algunos quieren asimilar a Euskadi. Pero, para su horror, en el interior de la mano dibujada en la portada de la revista aparecía escrita la palabra «España». Que además los personajes recreados se parecieran sospechosamente a Dani Rovira y Clara Lago, los actores protagonistas de Ocho apellidos vascos, casi era lo de menos.
La imagen estaba firmada por RU-MOR, autora de Tarragona que ha colaborado otras veces con Desperta Ferro. «Desde pequeña surgió en mí la vena artística», explica en un blog, pero esta vez se le fue la mano (nunca mejor dicho)... o quizá dejó que la IA hiciese su trabajo. Le hemos preguntado a ChatGPT y las evidencias encontradas dejan en pañales a los forenses de CSI Las Vegas:
Texturas y piel: las texturas del rostro y las manos tienen un acabado muy suave y homogéneo, con iluminación difusa poco natural. Esto es común en imágenes generadas por IA.
Detalles anatómicos y proporciones: las manos del niño y del adulto tienen proporciones algo inusuales (dedos alargados o contornos poco definidos).
Fondo y profundidad: la integración entre los personajes y el entorno carece de enfoque natural; las figuras del fondo parecen pintadas con diferente nivel de detalle, típico del rénder por IA.
Ropa y adornos: los pliegues y costuras del tejido no siguen patrones físicos exactos, sino que se ven pintados digitalmente.
Expresiones y mirada: las expresiones son algo estáticas o perfectas, una firma común de las imágenes generadas artificialmente.
La conclusión de la propia IA, que se conoce a sí misma mejor que nadie, es que «la imagen muy probablemente fue creada o modificada por inteligencia artificial en estilo hiperrealista o ilustrativo, y no parece ser una pintura tradicional». Y concreta que, analizando el estilo artístico, los patrones de luz, el nivel de detalle en los rostros y el acabado del fondo, los programas utilizados fueron Midjourney (v5 o v6) o Dall-E 3. La revista ha sido retirada del mercado y es una pena, porque además de ofrecer un gran contenido sirve para ilustrar sobre los peligros de la IA.