Ábalos y las elecciones

maría pereira gómez MIEMBRO DEL EQUIPO DE INVESTIGACIONES POLÍTICAS UNIVERSIDADE DE SANTIAGO

OPINIÓN

Diego Radamés | EUROPAPRESS

18 oct 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Las miserias del caso Ábalos van camino de contaminar a todo el Partido Socialista, o por lo menos, existe un intento de algunos sectores por hacer que no se quede reducido al ex secretario de Organización que todos dan ya por amortizado.

La resistencia de Ábalos ha servido para que el cansancio llegara a la ciudadanía, para que ya ni las cajas de billetes puedan superar las imágenes y transcripciones filtradas desde un principio.

Llega un momento en el que los ciudadanos se saturan, en el que ya asumen que lo que saben es de tal naturaleza que nada lo puede superar, y por eso llevar el esperpéntico caso sobre Ábalos a terrenos de corrupción de financiación de los partidos no creo que sea una estrategia efectiva.

El juez no ha encarcelado a Ábalos, pero le ha advertido que puede hacerlo en el futuro, cuando el riesgo de fuga sea mayor. No ha sonado a amenaza, pero sí a un intento de crear intriga informativa, hay que darle algo de salsa a este caso tan aburrido ya como perverso, para que la ciudadanía siga atenta.

Eso es lo más importante de este caso, cuánto tiempo y cuánto espacio somos capaces de ocupar con qué noticias, con qué información, y hay casi un acuerdo unánime de que el caso Koldo-Ábalos ha llegado a un punto en el que es ventajoso para los dos partidos, ya que el crecimiento del PSOE indica que hoy en día no le está haciendo efecto, y al PP le sirve para mantener al PSOE discursivamente contra las cuerdas.

El escaso rendimiento electoral que el PP está sacando de esta aparente ventaja, incluso me atrevería a decir que el desgaste, no parece que sea suficiente para basar en él su estrategia electoral, pero pudiera ser que, si se consigue conducir el caso a la financiación del partido, entonces podríamos estar hablando de otra situación.

El juez ha dicho que, si en algún momento las pruebas son tan evidentes como para que haya riesgo de fuga, entonces Ábalos tendrá que entrar en la cárcel, y esa sería una buena señal para adelantar las elecciones, porque eso podría desconfigurar la situación actual.

Cierto que el PP tiene antes que resolver otros problemas vinculados a su liderazgo y a su bicefalia estratégica, porque pudiera darse que Ábalos y la pareja de Ayuso entraran juntos en el penal, y entonces Feijoo pudiera echar mano en su argumentario de uno y callar definitivamente a la otra, para poder definir, al fin, una estrategia.

Todo está en manos de la justicia, incluso la convocatoria electoral. Nadie quiere ir a elecciones con una carga de incertidumbre grande cuando ahora, el panorama, se está llenando de certezas para unos y para otros.

Lo peor de todo esto es que los ciudadanos de este país han decidido que cuando la tormenta aprieta, el mejor recurso es refugiarse en la extrema derecha, la lógica de una sabiduría popular que en el fondo sigue prefiriendo los toques de autoritarismo a la democracia.