Argentina, ante el quilombo electoral
OPINIÓN
Desde hace cuatro semanas, los argentinos están conmocionados y consternados por el cruel asesinato de tres chicas jóvenes de entre 15 y 20 años, que fueron torturadas y desfiguradas por una banda de narcotraficantes que opera en Florencio Varela, una población de la conurbación bonaerense. Las elecciones legislativas de medio término que se celebran mañana han acaparado un segundo plano, aunque ya han comenzado a despertar el lógico interés en todos los medios.
Estas elecciones son trascendentales para el Gobierno del presidente Milei. Necesita alcanzar, al menos, 86 diputados (ahora tiene 31) para sortear los vetos de la Cámara de Diputados (257 escaños) y obtener un número de apoyo de 37 senadores (ahora tiene solo 7) en la cámara alta (72 escaños). El 26 de octubre se renuevan 127 escaños de diputados y 24 en el Senado.
No lo tiene fácil el partido del presidente, La Libertad Avanza. Suceda lo que suceda, en los dos años que quedan de legislatura al Gobierno de Milei no le queda más salida que negociar y buscar alianzas; es decir, consensuar su política si quiere sacar adelante las reformas tributaria y laboral, fundamentales en el quilombo argentino.
Tampoco tiene fácil la elección el pueblo argentino, que está sufriendo un duro ajuste como consecuencia del plan de estabilización, tras las corruptelas y los desvaríos económicos al que los llevaron los gobiernos kirchneristas. No hay que olvidar que la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner está presa por corrupta en su domicilio, con pulsera de localización, y el otro expresidente, Alberto Fernández, tiene causas abiertas por presunta corrupción y por malos tratos a su mujer.
La política de ajuste económico que ha llevado a cabo Milei se basa en dos premisas: la aplicación de déficit cero, o sea, no gastar más de lo que se ingresa (ha bajado la inflación del 211 % al 30 % en dos años) y máxima desregulación, que ejecuta con eficacia el ministro Federico Sturzenegger. Pretende acabar la legislatura eliminando 900.000 regulaciones.
Pero un factor determinante hasta el fin de la legislatura es la toma de posición de la Administración de Donald Trump. EE.UU. ha decidido apoyar sin fisuras al Gobierno de Milei porque considera que Argentina es el mejor aliado que tiene en la región. Es una cuestión de geopolítica internacional. Cristina Kirchner y Alberto Fernández se habían inclinado hacia Venezuela, Irán, China y Rusia. Este apoyo de EE.UU. es, por ahora, económico y sin límites. De hecho, ante un problema de falta de liquidez del Banco Central de Argentina, el Tesoro americano compró pesos argentinos para frenar el aumento del dólar. Esto solo lo ha hecho EE.UU. con el yen (dos veces) y con el euro (en el 2000). Además ha firmado un swap por 20.000 millones de dólares, le va a aprobar otro por otros 20.000 millones y le ha concedido un lugar preferente comercial. Los interlocutores clave son Scott Bessent, secretario del Tesoro, y Marco Rubio, secretario de Estado. Mientras tanto, un millón de argentinos tramitaron la nacionalidad española, por si acaso, ya que ley de memoria democrática expira el día 22.