El veneno de Junts

César Casal González
César Casal CORAZONADAS

OPINIÓN

Siu Wu | EFE

28 oct 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Apenas nada nuevo bajo el sol. A pesar de que esta vez Puigdemont y los suyos han vuelto a organizar toda la parafernalia de los grandes momentos en los que Junts hace historia con la política, el resultado es de caganers. Reunión en Perpiñán para que se vea que Puigdemont sigue en el exilio. Decisión por unanimidad de la ejecutiva. Se rompe el acuerdo de Bruselas del 9 de noviembre. Creen que el PSOE no ha cumplido ni con la amnistía, ni con el catalán en Europa, ni con el concierto económico, ni con la inmigración. Les dio igual que Sánchez, a su manera, les dijese este fin de semana «estamos cumpliendo con lo que está en nuestra mano». Habrá también votación en diferido para la militancia. Lo dicho, como en las grandes ocasiones. La consulta será el miércoles y el jueves, para así protagonizar toda la semana política. Les da igual que el miércoles sea el aniversario de la tragedia de la dana. A los de Junts solo les importa Cataluña, o sea, Junts.

La legislatura hace tiempo que es de locos, no apta para cardíacos. Lo podría haber firmado cualquier arquitecto. Un edificio que nace sin cimientos, sin planos, sin columnas sólidas, con apoyos de lo más diverso (nacionalismo de derechas del País Vasco y los herederos de ETA a la vez), es difícil que termine por convertirse en un edificio sólido. Lo que ha conseguido el resistente Sánchez ya es un milagro. Pero la primera consecuencia de esta amenaza parece que más tajante de Junts es que, si la militancia respalda a la ejecutiva, el cuento de los Presupuestos se quedará en nada. Que no nos tomen más el pelo con que todavía hay posibilidades. Estamos mayores. La militancia de Junts votó en dos ocasiones, no hace mucho. Para decidir si salían del gobierno de Pere Aragonès: salieron. Y otra para firmar precisamente el acuerdo con el PSOE: lo firmaron.

El veneno de Junts se administra así: chupito a chupito. De ahí a que se produzca una moción de censura va un mundo. Ni siquiera una moción de censura instrumental con un resucitado Miquel Roca (lo ha negado). ¿Creen que Junts está como para votar junto a Vox y al PP? En el momento en el que se encuentran, solo les queda escenificar otra presunta ruptura, que es lo que están haciendo. Y seguir hasta que Sánchez decida ir a generales. Provocar ellos una convocatoria con una moción de censura que ganaría ese candidato instrumental simplemente para convocar a urnas les haría perder votos, de la misma manera que seguir apoyando a Sánchez. Se metieron en un lío sin salida. Y lo están asumiendo. Puigdemont lo explicó ayer por la tarde después de la unanimidad de la presunta tarjeta roja de la ejecutiva a Sánchez. «Al PSOE solo le interesa el poder por el poder». «No hay confianza a nivel político». Y más frases amenazantes que dejaron claro que Puigdemont pensaba que él iba a ser el presidente en la sombra y que Sánchez se dejaría hacer mucho más. Mari Carmen y Doña Rogelia. Moncloa, capital Waterloo. Sánchez no se deja hacer por nada ni por nadie. Aunque habría algo de justicia poética en que su gobernanza terminase como empezó, con una moción de censura, me temo que eso no lo verán sus ojos ni los míos. Puigdemont se quedó en que finiquita la mayoría de investidura, pero ni pío de la moción.