Política onomástica

Francisco Ríos Álvarez
Francisco Ríos LA MIRADA EN LA LENGUA

OPINIÓN

CONTACTO vía Europa Press | EUROPAPRESS

01 nov 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Los nombres que se ponen a los grandes departamentos de las Administraciones públicas se han convertido en escaparates de las políticas de algunos Gobiernos. Un caso paradigmático es el cambio en Estados Unidos de la denominación Departamento de Defensa por Departamento de Guerra. Quien era secretario de Defensa, Pete Hegseth, ya se hace llamar secretario de Guerra, y ha sido claro al explicar la iniciativa: «Vamos a pasar a la ofensiva, no solo a la defensa. Máxima letalidad, no tibia legalidad. Efecto violento, no políticamente correcto».

Dos meses después de que Donald Trump firmase la orden ejecutiva por la que cambia la denominación, los principales medios de comunicación de Estados Unidos siguen empleando la que esa agencia tiene desde el final de la Segunda Guerra Mundial, Departamento de Defensa. En los documentos oficiales y en la prensa trumpista ya se usa Department of War, expresión que luce en la web de este organismo, cuya dirección es war.gov. Ello pese a que la orden solo permite de momento el uso de Departamento de Guerra como nombre secundario. Un presidente no tiene autoridad para decidir por sí solo cómo se llaman agencias creadas por ley, por lo que su iniciativa deberá ser ratificada por el Congreso.

La postura de los grandes periódicos y cadenas de televisión es un choque más con la política del Gobierno. Muchos medios tampoco han acatado la orden de Trump de renombrar como golfo de América el golfo de México, denominación esta con cuatro siglos de historia y asentada en todo el mundo. Google Maps, Apple Maps y Microsoft Maps usan golfo de América en Estados Unidos, y en el resto del mundo, ambos nombres o solo el tradicional.

En España debería limitarse la facultad del presidente, sea este quien sea, para suprimir y crear ministerios, a veces sin más razón aparente que hacer un hueco a alguien a quien hay que nombrar ministro, así como para cambiarles el nombre a las carteras. Defensa y Sanidad conservan la sencillez denominativa que ha desaparecido en ministerios como Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, o Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes. Que durarán hasta el próximo cambio de Gobierno.