Y mientras tanto, en Galicia

Xose Carlos Caneiro
Xosé Carlos Caneiro EL EQUILIBRISTA

OPINIÓN

El conselleiro de Facenda, Miguel Corgos, y el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, camino de la presentación de los presupuestos de Galicia para el 2026.
El conselleiro de Facenda, Miguel Corgos, y el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, camino de la presentación de los presupuestos de Galicia para el 2026. Sandra Alonso

10 nov 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

El Gobierno central no puede gobernar: no puede aprobar ni leyes ni presupuestos. Así lo ha certificado Junts, partido poco fiable que a día de hoy sigue liderado por un fugado de la Justicia. Tal circunstancia no le ha impedido dirigir, desde Bruselas o Waterloo, muchas decisiones del actual Gobierno. Sus siete votos en el Congreso bien valían una amnistía, varios indultos, mayores dádivas pecuniarias para Cataluña y un largo etcétera que no voy a significar (el espacio de mi columna sería reducido para ello). Pero por fin, o eso parece, han dicho no. Y el Gobierno, ni se inmuta. Parece que es lo mismo gobernar sin presupuestos que con ellos. Lo mismo gobernar con mayoría parlamentaria que no hacerlo. Ya todo importa poco. En cualquier democracia estas circunstancias provocarían, de inmediato, que se convocasen elecciones. En la España de Sánchez, no. Parece que interesa el «sillón», no la capacidad ejecutiva. Una pena. Y, también, una desventura.

Mientras tanto, en Galicia se han aprobado para el 2026 los presupuestos más altos de nuestra historia, 14.240 millones de euros. En concreto, un 2,1 % más que en el 2025. Es la primera vez que se superan los 14.000 millones. Se incrementan en 300 millones los presupuestos y ese dinero se destinará íntegramente a gasto social. Suben los presupuestos en sanidad, educación, empleo y política social. Obviamente, para esa subida deben decrecer otras partidas: la de presidencia, verbigracia, lo que constituye una prueba del sentido de la responsabilidad de Rueda. Ayudas a los autónomos, mientras la Moncloa los acribilla a impuestos. Además, Galicia sigue siendo paradigma en sanidad. Muy por encima del resto de comunidades. A título de ejemplo: el viernes pasado La Voz publicaba el testimonio de una madre con un niño que sufre una enfermedad rara. Decía: «Un bebé que nazca en Galicia puede vivir; uno que nazca en otra comunidad, no». A poco que hagamos memoria, reconoceremos (con cifras) que ninguna autonomía gestionó la epidemia mejor que Galicia. Nuestro calendario de vacunaciones o cribados es el paradigma donde se fijan otros territorios. También es sustantivo el incremento de la partida de atención primaria, 80 millones más, y la relevancia del programa de salud mental. Los hospitales gallegos, en los que no se deja de invertir, son otra singularidad. En el área educativa acaba de lograrse un meritorio acuerdo para el futuro de la titulación de Medicina; el conselleiro Román Rodríguez lo ha logrado sin alharacas ni presunción, pero con todo el sentido común. Las guarderías seguirán siendo gratuitas, más ayudas para comedores y, a pesar de ser el más caro de España, el transporte escolar (con 90 millones) no se descuidará.

En conclusión, mientras en Madrid no tenemos ni presupuestos ni mayorías, Galicia avanza. Lo escribí en junio del 2018 (año de la moción de censura) y en enero del 2025. Hoy lo repito: Galicia bien, gracias.