«Me conmueven las historias de jóvenes atrapados en contratos efímeros»

OPINIÓN

Marta Fernández Jara

21 nov 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

¿Quedarse o huir?

En medio de mi rutina —ordenada, estable, casi cómoda— persiste un latido que no desaparece: la idea de marcharme de España. No nace del dramatismo, sino de una inquietud profunda que se ha ido asentando con los años. Cada noticia, cada gesto institucional, cada dato refuerza esa sensación silenciosa. Y si yo, con un trabajo digno y un respaldo familiar, siento esta inquietud, ¿qué no experimentarán quienes encadenan empleos inestables y salarios que apenas alcanzan para cubrir lo básico?

Me conmueven las historias de jóvenes atrapados en contratos efímeros, pagando alquileres que devoran su sueldo y sosteniendo sus días entre cansancio y resignación. No buscan privilegios, sino la oportunidad de construir un futuro sin que la incertidumbre sea la norma.

El problema no se limita al paro juvenil o al precio de la vivienda: es un sistema rígido que bloquea oportunidades y frena la ambición. La burocracia, la precariedad y la falta de expectativas convierten cada avance en un esfuerzo desigual, castigando el talento y premiando la conformidad.

Si nada cambia, esta duda —tan presente en mi generación— se convertirá en instinto para quienes vienen detrás. La pregunta sigue ahí, inevitable: ¿quedarse o huir? Sergio de Fuente Garrido.

La cocina gallega está en peligro

En Galicia hablamos de gastronomía como si fuera solo una cuestión de sabor, pero en realidad es una cuestión de país. Cada plato tradicional —del caldo a la empanada, del cocido al lacón, del marisco a la filloa— es el resultado de una forma concreta de vivir, de trabajar y de relacionarse con la tierra y el mar. Por eso sorprende que, mientras presumimos de cocina en ferias y campañas turísticas, permitamos que desaparezcan los oficios que la sostienen.

Las generaciones que saben cuándo plantar las patatas, cómo secar el bacalao, en qué momento exacto recoger el grelo o cómo mariscar sin dañar el banco están envejeciendo sin relevo. No porque los jóvenes no quieran aprender, sino porque es cada vez más difícil vivir de ello. Los precios no cubren el esfuerzo, las normativas cambian sin tener en cuenta la realidad del territorio y la industrialización amenaza precisamente lo que da valor al producto: su origen.

Hablar de cocina sin hablar de agricultura, pesca o ganadería es hablar a medias. Y defender la gastronomía gallega implica defender también a quienes mantienen viva esa cadena invisible que va del campo y el mar a la mesa.

Si queremos que Galicia siga sabiendo a Galicia, debemos empezar por cuidar a quienes ponen ese sabor en nuestras manos. Ivet Català Navarro. Vigo.

La UCO

Esta unidad de la Guardia Civil —con su hombre más conocido, Antonio Balas, teniente coronel, al frente del departamento delincuencia económica— se está convirtiendo en una de las unidades policiales o de seguridad del Estado más importantes de Europa. Y es que no se casa con nadie. Lo demostró en Almería deteniendo a presuntos corruptos de la diputación de esa provincia, militantes del PP, a quienes se supone que el partido expedientará o expulsará.

A los miembros de la UCO les da lo mismo cuáles sean las siglas, y siempre actúan bajo la dirección de sus señorías. Con lo preparado y cualificado que está Antonio Balas, en una empresa privada percibiría una retribución muy superior a la que tiene en la Guardia Civil. ¿Le darán un ascenso? Lino Mon. Santiago