Trump y los papeles de Epstein

Yashmina Shawki
YASHMINA SHAWKI CUARTO CRECIENTE

OPINIÓN

Jonathan Ernst | REUTERS

23 nov 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Hay individuos cuya existencia e, incluso fallecimiento, se convierten en una fuente de alquitrán que mancha y contamina a todos aquellos con los que han tenido contacto, por mínimo que este haya sido. Ese está siendo el caso de Jeffrey Epstein. El financiero que fue acusado, por primera vez, por un delito sexual en el 2008, aunque se libró de la cárcel tras llegar a un acuerdo extrajudicial con la víctima y su familia, continuó con sus execrables actividades de proxenetismo y trata de menores durante 11 años más. Encarcelado en el 2019, falleció, mientras esperaba juicio, supuestamente, tras suicidarse, aunque es probable que fuera silenciado por clientes de muy alto nivel.

Han tenido que pasar 6 años de denuncias para que el caso haya vuelto a ocupar las portadas de medios de comunicación. El suicidio de una de sus víctimas, Virginia Giuffre, poco antes de que viera la luz su biografía, logró lo que parecía casi imposible hasta ese momento: que el príncipe Andrés de Gran Bretaña fuera privado de sus títulos reales y todos los privilegios que estos conllevaban. Tras años negando la relación con Giuffre, aunque no pudo refutar que la conocía debido a las imágenes existentes, y una entrevista televisada desastrosa que solo incrementó las dudas sobre su inocencia, la publicación del libro ha acabado de darle la puntilla. Aunque es improbable que Andrés Mountbatten-Windsor afronte un juicio, su vida y su historia quedarán marcadas por el alquitrán Epstein. Otro de los afectados es Donald Trump, quien ha manifestado de manera reiterada que cortó su relación con Epstein hace muchos años y que nunca participó en sus fiestas sexuales. Sin embargo, el vídeo en el que se ve muy animado departiendo con el proxeneta, cuando menos, pone en entredicho su inocencia. Algo debe temer Trump al haberse negado durante 4 meses a aceptar que se publicaran lo que se ha dado en llamar «los papeles de Epstein». Por primera vez, desde que llegara a la Casa Blanca, se ha visto obligado a claudicar ante la masiva votación de 427 a favor y solo 1 en contra en la Cámara de Representantes y la unanimidad en el Senado, así como a las presiones, incluso de los republicanos, para autorizar la publicación de estos documentos que podrá ser limitada para proteger a las víctimas. Nadie quiere ser acusado de encubrir a un proxeneta. Esperemos que, gracias a ello se podrá hacer justicia sea cual sea el rango y poder de los culpables.