De la incredulidad al llanto

Marta Carballo OURENSE

OURENSE

MIGUEL VILLAR

En directo | Capilla ardiente de la joven fallecida en el accidente de tren Cientos de personas acudieron al tanatorio de Mugares a dar su apoyo a la familia de Mercedes Fernández. Entre los asistentes estuvo el concejal Eladio Fernández

22 ago 2006 . Actualizado a las 07:00 h.

Tenía 22 años. Era una estudiante de segundo de Derecho del campus de Ourense y se iba con su novio Diego a pasar unos días al País Vasco donde le esperaban unos amigos. Mercedes Fernández Martínez iba en el tren siniestrado en la localidad palentina de Villada y falleció en el accidente mientras su novio, Diego Fernández Durán, -hijo del concejal socialista Eladio Fernández- resultaba herido de gravedad y permanece en el Hospital Clínico de Valladolid. Ayer, el drama de estas dos familias llenó de tristeza y llantos la localidad de Mugares, en Toén. Allí se instaló la capilla ardiente de Mercedes y por allí pasaron a lo largo de toda la tarde cientos de familiares y amigos de la joven así como representantes institucionales. A las cinco de la tarde en el local social, habilitado como tanatorio, comenzaban a encontrarse los primeros familiares a la espera de que llegara desde Palencia el cuerpo de Mercedes. Había todavía poco movimiento y mucho silencio roto por el dolor de la madre de la joven, Asunción, que pedía que alguien le dijera que la que había fallecido no era su hija. Con ella, en medio de la incredulidad, estaban los abuelos de la víctima, sus primos, sus tíos y los numerosos amigos de luto. La llegada El cuerpo de Mercedes llegó a las seis menos veinte de la tarde en un coche fúnebre procedente de Palencia. Delante de él, en un turismo, le acompañaba su padre, José Antonio, al que varias personas tuvieron que sostener cuando se bajó del coche mientras miraba el féretro de su hija y se echaba las manos a la cabeza. Un dolor que se hizo más intenso cuando entró el cuerpo sin vida de la joven en el interior del local social. De hecho, una ambulancia medicalizada se trasladó hasta el lugar sobre las seis de la tarde para atender a varios familiares, entre ellos, uno de sus tíos. Pedían apoyo psicológico y buscaban el consuelo de las personas que se iban acercando hasta el tanatorio, muchas de ellas jóvenes. Durante toda la tarde fue constante la llegada de coronas de flores y testimonios de condolencia. Hubo representantes institucionales como el alcalde de Toén, José Puga, que manifestó su «apoio a todo o que necesite a familia» y también del edil socialista en este municipio, Julio Álvarez. El gerente del CHOU, José Luis Jiménez, el director provincial del Sergas, David Simón, el secretario de la Mesa del Parlamento gallego, Pablo Xabier López Vidal y los ediles socialistas Francisco Rodríguez y María Quintas se sumaron al duelo. Acudieron a título institucional pero también a título particular para sumarse al dolor de la familia. A pesar de que la plaza situada ante el tanatorio y el propio local social se iba llenando de personas imperaba un silencio respetuoso en la zona. Algunos familiares salían de la estancia y buscaban consuelo en uno de los rincones de la plaza. Otros recurrían nerviosos al teléfono o se abrazaban entre llantos a amigos que acudían a consolarlos. La visita de Eladio Junto a ellos llegaron también muchos vecinos ya que se trata de una familia muy conocida en la zona. Hasta hace poco vivieron en Mugares donde conservan la casa a la que van los fines de semana. Además, el abuelo de la joven fallecida tenía un bar de la localidad y se ganó el afecto de sus convecinos. Son, como explicaba el regidor de Toén, «nativos de Mugares». Pero quizás entre todas las visitas que recibieron los padres de Mercedes -era hija única- hubo una que tuvo un especial significado. El concejal del PSOE, Eladio Fernández, llegó alrededor de las ocho de la tarde en un taxi desde Palencia. Quería hablar con los familiares de la joven fallecida. Acababan de operar a su hijo en el Clínico de Valladolid y sacó fuerzas para hace un viaje en coche de tres horas para estar en Mugares unos minutos antes de regresar a junto a su hijo. Unos minutos en los que él también recibió muestras de cariño y de apoyo. El de sus compañeros que lo abrazaron y lo acompañaron, y también el de las personas que se encontraban en el tanatorio. Apoyo y buenos deseos para que su hijo Diego salga adelante. Le dieron un halo de esperanza y él se aferra a ella.