Una jornada simbólica a la vez que emotiva. El homenaje que ayer se celebró con motivo del día de la república, coincidió en el programa de la Muestra Internacional de Teatro Universitario, Miteu, con la representación que los alumnos del aula de teatro del Centro Penitenciario de Pereiro de Aguiar escenificaron a las 21 horas en el Teatro Principal.
Con el título, Sempre hai alternativas, el grupo Teatro Social, interpretó dicha obra por un espacio de 20 minutos, bajo la coordinación de Raquel Crespo y la colaboración de Javier Millán. La creación de este actividad en el centro penitenciario, responde a la actitud de una sociedad cada vez más comprometida con las problemáticas sociales pero que todavía mantiene ciertas actitudes de rechazo hacia los colectivos más desfavorecidos.
La obra representada, hacía referencia a una cadeira de apariencia cómoda y acompañada por un cartel que decía, «peligro, no sentarse». Una escena en donde un joven ve la cadeira y a pesar del cartel prohibitivo, decide sentarse. Seguidamente entra otro joven y sigue el mismo camino. Así de manera sucesiva, continúan entrando más chicos, unos desafiaban el cartel, pero otros, que venían practicando alguna afición, deciden no sentarse. Una manera simbólica de interpretar las normas establecidas y que planteaba el debate entre los asistentes a la representación.
David Amor
Es el nombre del protagonista que interpretó la última de las obras programadas para la jornada de ayer. Bajo el título Non censure, este actor de procedencia gallega, escenificó a las 23 horas en el Teatro Principal su espectáculo. Una obra basada en un texto que se escapa de manera totalmente voluntaria de lo políticamente correcto, buscando remover conciencias pero con una sonrisa en la cara. La excusa era un repaso por la vida del protagonista, que portaba una preocupación que lo llevaba a reflexionar sobre distintas vivencias. Algo que no pretendía preocupar a los asistentes, ya que no era un ejercicio de filosofía. Una jornada de éxito más para la vigente edición de la Miteu, que se completa cada mañana en el Liceo, gracias a los encuentros entre los asistentes y directores que presentan su obra en el mismo día.