Sergio apunta al podio histórico

Rubén Ventureira

OURENSE

La campaña que acaba de terminar es, junto a la segunda de Caparrós, en la que menos encuentros ha jugado

05 jun 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Dicen que el roce hace el cariño, pero no es el caso de Sergio y Riazor. Fue y es el jugador del Dépor más sometido a los pitos de su público, al tiempo que avanza hacia las posiciones más nobles en las tablas históricas individuales del club. Su renovación por dos temporadas (anoche faltaban «unos flecos» para la firma) lo coloca en disposición de desbancar a Donato, tercer jugador que más partidos ha vestido la camiseta del Dépor en Primera (303), tras Fran (435) y Mauro (369). El catalán acumula 270, por lo que si juega 34 en esas dos temporadas se colará en el podio histórico.

El balón que Donato remató a gol contra el Espanyol en el partido en el que Dépor ganó la Liga sobrevoló la cabeza de Sergio, que andaba por el área pequeña. Testigo privilegiado de ese tanto del entonces rival, su siguiente partido liguero lo disputó ya con la elástica coruñesa.

En su primera temporada jugó todos los partidos de Liga. En las siguientes, casi también (37, 37 y 34). Jabo lo convirtió en un fijo y Sergio, que llegó a internacional, le correspondió con el primer gol del Centenariazo. Con Caparrós disputó 36 y 28.

Lotina ha declarado varias veces que, cuando llegó al club, la plantilla tenía una «mochila de peso importante». Sin eufemismos: había jugadores con más kilos de lo ideal. Filipe, que confesó que había adelgazó siete, es uno de ellos. Sergio fue otro de los que tuvo que rendir cuentas ante la báscula, tras superar ciertas reticencias iniciales.

La pasada campaña jugó 32 encuentros ligueros. Lotina esperaba que se saliese en la que acaba de terminar, por aquello de que tenía que renovar. Sin embargo, ha sido (con la 2006-2007) en la que menos ha jugado durante su etapa en el Dépor. Pasó fases en el banquillo, pero las lesiones de Antonio Tomás y el bajón de De Guzmán le permitieron asentarse en el once. Al final, libró 28 partidos de Liga, 22 como titular. Su aportación más destacada ha sido, de nuevos, su acierto desde el punto fatídico: anotó tres penaltis y sigue sin fallar en Primera en esta suerte (siete de siete). Penas máximas aparte, solo hizo un gol en el torneo de la regularidad, el del empate definitivo ante el Málaga (1-1), cuando remató de cabeza una jugada que había iniciado con un pase a lo Laudrup. Atrás quedan los tiempos en que podía presumir de fuerte disparo lejano; es cierto que este año marcó desde fuera del área (ante el Aalborg), pero también que la pelota rebotó antes en un defensa, el palo y el portero.