Un mudo no puede ser locutor de Radio Voz ni representante de los ourensanos en instituciones que nos atañen; están en ellas para ver, oír, opinar, e informar. ¿Silencios sospechosos? Si. Circula el rumor que cuando la defenestración de Carrera Pásaro algo tuvo que ver cierto prócer del sur; las habladurías son «vox pópuli, vox dei». Como ciudadano me escandaliza, preocupa y asusta que el sistema financiero de casi 3 millones de gallegos se pueda decidir por vendetas personales o pseudopolíticas; por lo que se lee, oye e intuye puede ser así. Los directores escogen y cooptan el consejo de administración que los tiene que controlar. No falla la gestión; no falla la democracia, fallan los controles. Un ciudadano se apropia los resortes y, a partir de ahí, es dueño y señor de un banco, una empresa o un partido político; se eterniza en el cargo y no hay manera de que se vaya; ni a pescozones. Todos de acuerdo en la fusión, incluso los burócratas crispados. Que el futuro director de Caixa Galicia Nova sea de Ribadavia o Alcorcón a los ourensanos ni fu ni fa: nos van a seguir cobrando por un trozo de plástico, por los apuntes, por el mantenimiento, un 20 % por intereses de demora... Y van a seguir llevando nuestros ahorros fuera de la provincia con la aquiescencia de los mudos de conveniencia. Fusión. ¿Sí o no? ¡A saber!