Alumnos de Derecho analizan la violencia en la película «malditos bastardos» para afianzar conceptos filosóficos
02 ene 2010 . Actualizado a las 02:00 h.Si el curso pasado eran las películas de James Bond, este le ha tocado el turno a las de Quentin Tarantino. Los alumnos de quinto de Derecho acaban de cerrar un cuatrimestre estudiando el filme Malditos bastardos , para ver en el tratamiento de cuestiones filosóficas como la justificación moral de la venganza, el nihilismo, la representación de la violencia y la justificación de terrorismo como instrumento político. Así ha dictado la asignatura Filosofía del Derecho el profesor Pablo Raúl Bonorino, de un modo innovador, utilizando para ello la bibliografía en inglés que existe al respecto.
El filme estudiado nos sitúa en el primer año de la ocupación nazi de Francia. Shoshianna Dreyfus ve cómo el coronel Hans Landa mata a su familia. Shoshianna huye a París con otra identidad como dueña de un cine. En otro lugar de Europa, el teniente Aldo Raine organiza a soldados judíos para tomar represalias contra varios objetivos. Son Los Bastardos, que se unirán a la actriz alemana Bridget von Hammersmark, agente secreta que trabaja para los aliados, para derribar el Tercer Reich. Por casualidad, todos se citan ante el cine donde Shoshianna espera vengarse sin disfrutar de ello.
Bonorino dice que este modo de enseñar Filosofía del Derecho es muy utilizado en los países anglosajones «pero en España todavía no ha recibido la atención que merece», señala el profesor, quien fue cuestionado por usar este método «de forma cobarde y anónima, sin plantear un debate serio sobre el tema, que es lo que correspondería hacer en la Universidad», dice. Para la alumna Noemí González lo más llamativo del filme es el final de Shoshianna, que muere sin ver su venganza. «¿Por qué Tarantino le impide disfrutar de la ansiada venganza? Es un final no habitual en su filmografía. Quienes culminan su venganza, obtienen algo positivo, pero en Malditos Bastardos hay un cambio y es que quien decide vengarse, no alcanza ese final feliz y muere».
Ángel Prada cree que en Malditos bastardos «ningún personaje supera la convención, el relativismo. Ejemplo claro es Shoshianna, que muere sirviendo a la convención judía con venganza inútil. Y ven socavados sus intentos de redención por la mentalidad postmoderna personajes como Landa, impidiéndole el nihilismo la liberación última».
Inmoralidad
Verónica Sánchez se pregunta si hubiera sido moralmente ético combatir el nazismo con actos terroristas. «Mi respuesta es un no: el terrorismo es siempre inmoral, sin posible justificación en ningún contexto». Esta joven considera que «una cosa es terrorismo y otra el derecho de resistencia a través del tiranicidio. No cabe utilizar la legitimación moral del tiranicidio como coartada para terrorismos políticos modernos, en las democracias occidentales», señala. A José Ramón Robleda le parece que la violencia y la crueldad invaden el cine para impactar al espectador «aunque sea malo para nuestra salud mental».