De capa caída. Así se encuentra el día europeo sin coches en Ourense. Su repercusión ha sido inapreciable a los ojos de cualquiera que transitara, en cualquier medio de locomoción, por el casco urbano de la ciudad. A que se ignorara esta jornada simbólica ha ayudado el gobierno local, que este año ha optado por renunciar a ningún tipo de actividad para fomentar el uso de medios de transporte alternativos.
A diferencia de otros años, el área nacionalista de Mobilidade, dirigida por Manuel Herminio Iglesias, ha optado por retirar la gratuidad del autobús urbano o realizar descuentos para los que utilicen el taxi. Tampoco se han realizado corte de calles, recorridos en bicicleta o charlas con escolares, como era habitual otros años en la ciudad. La única noticia de la institución local vinculada a la Semana da Mobilidade, en la que se enmarca el día europeo sin coches, fue una declaración escrita en la que alababa su gestión para reducir el uso del coche y que los ciclistas y peatones ganen espacio.
La decisión del Concello de Ourense ha sido bien recibida por los grupos ecologistas. Consideran que su celebración no contribuía a reducir el uso del vehículo. «A Semana da Mobilidade non vale para nada», indicó Xan Carlos Fernández, portavoz de Adega. En la misma línea se expresó Óscar Freire, del colectivo Verdegaia: «Todas as iniciativas axudan, pero facelo unha vez ao ano non serve para nada».
Sobre la política ambiental del Concello de Ourense, el portavoz de Verdegaia considera que «se están facendo poucas cousas para potenciar o uso do transporte público ou a bicicleta».