El presidente trató de poner orden en un pleno bronco, lleno de reproches mutuos
18 dic 2010 . Actualizado a las 02:00 h.La mirada perdida de Eladio Fernández. El diputado no adscrito -que pasó de ser el número dos de Pachi Vázquez en Ourense a la nada en el PP- tampoco abrió ayer la boca. Baltar volvió a decidir su voto por él, lo que propició algún chascarrillo que provocó las risas entre sus ex compañeros socialistas. | santi m. amil
El de ayer era el último pleno del año en la Diputación ourensana pero también se trataba de una de las sesiones más importantes del ejercicio. No en vano, se debatían los presupuestos de la institución para el 2011 y las posiciones de los grupos políticos respecto a la gestión económica de la entidad están muy alejadas. Así, en el Pazo Provincial se puso en escena un enfrentamiento bronco, lleno de reproches mutuos. Ni siquiera entre PSOE y BNG hubo tranquilidad absoluta y, cuando el socialista Alfredo García criticó que la Diputación solo diese una subvención a un concello socialista -el de Ourense-, el nacionalista Xosé Manuel Fírvida tuvo que intervenir: «Recórdolle que o goberno da capital é compartido do PSOE e do BNG».
El presidente, José Luis Baltar, también tuvo que intervenir, al igual que en el pleno de noviembre, para calmar los ánimos y llamar al orden al portavoz socialista cuando interrumpió al del grupo de gobierno, Plácido Álvarez. «Despois quere pasar polo mellor da clase e non o é», le advirtió. Álvarez intentó entonces rebajar la tensión de todos aludiendo a las próximas fechas navideñas: «Levémonos ben, que estamos en Nadal».
Su llamada al entendimiento no tuvo éxito, pero él tampoco ayudó a ello con sus ya tradicionales críticas al portavoz del BNG. «Escóiteme señor Fírvida, a ver se así aprende», le dijo en varias ocasiones. También Álvarez metió el dedo en la herida de los socialistas cuando comparó el supuesto sectarismo del gobierno provincial con el de la directora del Instituto de la Mujer. «Non din nada do que está facendo a súa amiga Laura Seara», dijo en referencia al hecho de que todos los convenios con concellos de la provincia de la institución que dirige han sido con gobierno locales del PSOE a excepción del de Xinzo, su municipio natal. El propio José Luis Baltar insistió en esa idea más tarde: «Co goberno bipartito, ¿que pasaba? Cando o fai o presidente da Deputación é un cacique, ¿ou que?».
El gobierno, a pesar de todo, no consiguió aplacar las críticas de la oposición, que llegó a cuestionar la utilidad de la propia institución provincial. El nacionalista Fírvida dijo claramente que la Diputación debía disolverse por su «inutilidade» y el socialista García propuso una solución más curiosa: «A ver se a administración lle financia un ERE para pagar os soldos dos traballadores, peche isto durante unha tempada e reparta os cartos aos concellos e xa verá o cambio neste provincia», le espetó a Baltar. Este, sin embargo, no dio su brazo a torcer, defendió a capa y espada su gestión económica al frente de la entidad y su mayoría absoluta aprobó sin problemas los presupuestos.