Del «marasmo paralizante» hasta Facundo Cabral: «Pobrecito mi patrón, cree que el pobre soy yo»

La Voz

OURENSE

22 jun 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Rosendo Fernández se estrenó marcando territorio. Que no le vengan con historias de pasado. Los últimos cuatro años de mandato de la corporación municipal fueron de un «marasmo paralizante». Ofrece el Diccionario de la RAE como acepción de marasmo, en clave médica, «extremado enflaquecimiento del cuerpo humano». Súmesele paralizante e interprete el lector, como en el pleno se vieron obligados a hacer el resto de concejales, qué querría decir el portavoz del PP. Con la salvedad de que no fue un error, ni un lapsus, pues en dos intervenciones distintas echó mano del marasmo paralizante cuando parecía querer referirse a que en los últimos años se había gastado mucho, sin avanzar en las cosas serias.

El representante del PP celebró que el empleo haya pasado a ser una prioridad del gobierno municipal, aunque, a renglón seguido, desautorizó el objetivo: «Despois do visto nos últimos cuatro anos pode ter o mesmo valor que falar da lexislatura do pleno emprego na boca de Zapatero». Y si el alcalde se había referido a Atahualpa Yupanqui en el pleno de constitución de la corporación, Fernández se confesó ayer más de Facundo Cabral. Con sorprendente cita: «Pobrecito mi patrón, cree que el pobre soy yo».

Demostró Rosendo Fernández, por otra parte, estar alejado de la doctrina de su partido y muy próximo a las tesis de transformación del idioma que han encontrado en entornos del PSOE sus grandes valedores. Bibiana Aído estará encantada, si alguien le cuenta cómo ha calado su mensaje, incluso en entornos populares. Se refería Rosendo Fernández a Carmen Rodríguez Dacosta, la concejala no electa que el alcalde ha incorporado a la junta de gobierno local. «Se tanta falta fai a membra non electa, tiveron ocasión de levala na lista».