Lauro Olmo Enciso estará hoy en O Barco para asistir, junto a su familia, al homenaje que el IEV ha preparado a su padre. Y lo hace «contento» de ver cómo se acuerdan del dramaturgo en una localidad «que toda su vida tuvo presente», cuenta el hijo.
-Mucho se ha hablado de un museo a la figura de Lauro Olmo...
-Sería muy bonito que fructificara el proyecto, con una estructura de fundación para tener la obra de mi padre, pero también para el fomento del teatro; era muy de mi padre eso de ayudar a cualquier joven autor. Nos gustaría que fuera un espacio de divulgación, porque además su teatro era muy popular. Tenía una intención didáctica, en parte porque él era autodidacta, ya que no pudo estudiar.
-¿Qué pasó?
-Siempre nos faltó el terminar de definir la estructura. Se trata de un proyecto que supera el marco de la administración local. Es un lugar importante, así que hay que poner de acuerdo a diferentes instituciones, y ya se sabe que eso es siempre lento. Pero está la oportunidad abierta. Es lo deseable y llegará, porque lo cierto es que no hay ningún problema. Además, creemos que puede ser un elemento de dinamización de O Barco.
-¿Qué fondos son?
-Biblioteca, obras, temas que tiene que ver con el teatro español, cartas... La idea no es que sea solo un espacio cerrado, para venir a estudiar; porque ya se sabe que esas cosas empiezan con mucho ímpetu pero después... Queremos que sea algo abierto, apoyado en las nuevas tecnologías, que aunque físicamente esté en O Barco se pueda consultar desde cualquier sitio. Y que sea un lugar con actividades, una institución viva y que trabaje desde un legado, pero en la contemporaneidad. Sobre todo es un país donde la situación del teatro es manifiestamente mejorable, buscar un centro desde el que se difunda su legado. Y la idea de fomentar y que haya ese orgullo que ya hay aquí hacia Lauro Olmo.
-¿Han seguido en su familia los pasos de su padre?
-(Ríe). Nadie. A todos nos gusta mucho el teatro y hemos hecho nuestros pinitos, pero cuestiones particulares.