No estoy de acuerdo

José Pérez Domínguez

OURENSE

18 nov 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Primero fue Irak con el linchamiento de Saddam, luego USA a por Bin Laden, después la revuelta popular y el derrocamiento de Ben Ali en Túnez; casi al mismo tiempo en la plaza de Tahrir de el Cairo se consigue derrocar a Mubarak y ahora, después de una cruenta guerra, el linchamiento de Gadafi.

Quedan por caer los presidentes del Yemen, de Siria y de Irán: Alí Saleh, Al Assad y Ahmadineyad. La pregunta inmediata es: ¿qué más queremos imponer al Oriente próximo? ¿No nos acusa de nada nuestra conciencia? Esto es lo que yo pienso: estamos en plena Edad Media; seguimos utilizando la ley del «ojo por ojo»; sigue funcionando el «linchamiento» como opio de un pueblo cansado; el derecho a la vida y el «juicio justo» son solo para Occidente.

¿El mundo occidental no está favoreciendo estos atropellos? ¿Qué imagen damos a las juventudes islámicas? No nos extrañe que nos odien. No respetamos la dignidad de las personas, no respetamos las costumbres ni las leyes del mundo islámico; queremos que estén domesticados y sometidos económicamente.

¡No estoy de acuerdo! ¿Democracia? ¿Derrocar gobiernos democráticamente constituidos (Grecia, Italia,?), por exigencias de guión, es buen camino? Tengo mis dudas. Somos contradictorios.