Tic, tac, tic, tac, tic, tac? Las horas avanzan inexorablemente, hacia el 24 de mayo. Ese día, los ourensanos tendrán una cita tan importante (o más) como la del entroido que llenó de portadas La Voz y de alegría la provincia. Las urnas esperan para confirmar, o repudiar, las conductas, acciones u omisiones que han mostrado los 92 alcaldes y los 822 concejales que en Ourense fueron. Bien es verdad que el monocorde ritmo del reloj suena con más intensidad en la capital (¡106.905 son el 33% de los vecinos de una provincia que se desangra censo a censo!) que en el resto de concellos. La cinta de la carrera electoral ya la ha cortado el PSOE el pasado jueves anunciando el equipo que competirá el 24-M. Fue la primera sorpresa. No por la composición (seguro que la única posible dado el guirigay del partido desde el 2012) y sí por la anticipación. No deja de sorprender que sea el partido del gobierno minoritario y dividido de la ciudad, el que tome la delantera a la hora de ofertar su alternativa. Apenas tuvieron tiempo (entre imputaciones, expedientes, insultos, etcétera, etcétera) para gestionar el día a día del Concello pero han sido los primeros en ofrecerle a la sociedad una lista made in Barquero, el candidato que no quiere oír hablar de díscolos, oficialistas, pachistas y demás fauna del socialismo pero que formó un plantel para su futura tranquilidad en el que no están todos los que son ni son todos los que están pero con el que intentará, cuál Moscardó, defender el bastante dañado alcázar del Concello.
¿Y enfrente? Aparte de las «mareas» que de tanto marear la perdiz de sus posibles acuerdos se arriesgan a marear al posible votante, está el PP. Sus cuatro años plácidos en la oposición no le permitieron conformar la plantilla para la reconquista de Ourense. Hasta hace dos días no tenían ni líder. Lo importaron de Santiago seis meses después de que Rajoy y Feijoo, a espaldas de la militancia, lo hubiesen decidido en los calores de Sanxenxo. Ayer constituyeron su comité de campaña que, oh sorpresa, es el mismo que fracasó en el 2011 y en el que aparece como responsable político, pero no único, el candidato Jesús Vázquez que tendrá que compartir responsabilidad con el defenestrado Rosendo Fernández. Dado este precedente de buscar en el pasado, no sería extraño que la lista estuviese plagada de ediles del ayer como, por ejemplo, Mónica Mourelo (su padre es la versión local de Belén Esteban), Elena Rivo (la decana de Empresariales que se pirra por la notoriedad), Belén Girón (¡ay, esas amistades influyentes de su marido Quino Muñoz!) o Noelia Pérez, Jacobo Gómez-Orellana y Mario Guede (los tres con padrino común), Pepe Araújo, Belén Iglesias... Vázquez tendrá que evaluar también si lo que le dicen del tirón de Jorge Bermello (hijo) es real o pura fantasía y si Jesús Cudeiro, el hombre de Baltar en el urbanismo, puede aspirar al de la capital.
Al Partido Popular le queda la difícil tarea de recuperar los días de vino y rosa protagonizados por Cabezas con el que, por cierto, Baltar se fotografió semanas atrás para curarse en salud y poder decirle a Feijoo si los idus de mayo no le son propicios: «A min non me mires, Alberto. O candidato foi o teu. O meu xa che dixen que estaba neste retrato».