Monterrei en cambio vive su mejor año y se sitúa como la segunda en producción
20 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.La vendimia está llegando a su fin. Con la recogida de uva ya cerrada en Valdeorras y Ribeiro, en Monterrei apenas quedan los últimos coletazos. Así que los datos actuales son casi los definitivos, y constatan que el año ha sido malo en cuanto a cantidad para Valdeorras y Ribeiro, que acumulan varias vendimias lejos de sus cifras medias; mientras que Monterrei está a punto de cerrar una vendimia en la que las buenas perspectivas se han visto sobrepasadas por la realidad.
En Ribeiro, con datos provisionales, la cosecha quedará por debajo de los nueve millones de kilos, la cifra más bajo de los últimos años. De los 14,2 millones de kilos del 2015 se pasó a 11,6 en el 2016 para bajar a 9,5 en el 2017 y caer por debajo de los nueve millones en la campaña del 2018. Son, según el detalle que maneja el consello regulador, 8,97 millones de kilos. A pesar de la caída de las cifras generales, la producción de Treixadura -variedad que se consolida como la principal para los vinos del Ribeiro- sube desde los 3,6 millones del pasado año para superar ahora los 4,2 millones de kilos. Baja el torrontés y queda en 478.786 kilos, de la misma forma que ocurre con las uvas de las otras variedades con peso real entre las blancas de calidad: godello suma 320.950 kilos, cien mil menos que en el 2017 y albariño queda en 275.540 kilos. Con todo, de la autorizada palomino jerez aún se recogieron 2,7 millones de kilos, si bien su retroceso es evidente, si se toman como referencia los 5,9 millones del 2015.
De los tintos, la garnacha sigue en cabeza, con 249.000 kilos, seguida de la mencía con 164.400, caíño longo y brancellao con 75.000 kilos en cada caso.
En Valdeorras el cierre se quedó en casi 4,7 millones de kilos de uva recogidos. Son más que el año pasado (cuando la cifra bajó a 4,18 millones) y sigue la tendencia de 2016, con 4,6. «Son tres vendimas en mínimos», resumía ayer el presidente del consejo regulador, José Luis García Pando al hacer balance. Apuntaba que una producción sin incidencias (plagas, hongos, helada...) se sitúa en los 6,5 millones de kilos, cifras que no se recogen desde 2015. Eso sí, la uva está en una calidad excelente. «Tiñamos medo de que cando houbo unha pequena chuvia entrara botrite e houbera podremia, pero non foi así», resaltaba. El hecho de que la de este año fuese una vendimia tardía benefició a la uva. «As uvas van estar máis equilibradas en canto a acidez e grado alcohólico, ao ser tardía alcanzaron grado sen perder acidez, que é o que dá frescura aos viños», remarcaba el presidente del organismo vinícola. A eso se unía, decía, «que ao se tardía, a calidade aromática concéntrase máis».
Repartido por variedades, la uva godello se consolida como la estrella en Valdeorras, y supone ya más del 60 % (con 2,6 millones de kilos). El segundo puesto es para la mencía con 1,3 millones, y el tercero para la garnacha, con 351.000 litros, lejos del millón habitual debido a que fue la variedad que peor aguantó el ataque de los hongos.
En Monterrei, a diferencia del enorme disgusto provocado el año pasado por el bajón enorme de la producción de uva por la heladas de finales de abril de 2017, esta campaña pasará a la historia como la del récord absoluto en cuanto a kilos recogidos en los viñedos. El secretario técnico del Consello Regulador, Luis Miguel López, estimaba los kilos producidos en torno a los 5,65 millones, duplicando los 2,7 del año pasado. Avanzó que «lo normal es que la producción vaya a más. Tenemos una gran demanda de nuestros vinos. Lo inhabitual fue lo del año pasado, por los problemas con la helada. Ya hace dos o tres años se habían superado claramente los cuatro millones de kilos».
En cuanto a la calidad de vida, López resaltaba que es «excelente». La falta de lluvias durante la recogida, y temperaturas agradables y con sol han dado las condiciones perfectas para la vendimia. «Ha favorecido una óptima maduración de los viñedos y que el producto se haya recogido en una situación muy adecuada», según López.
Bodegueros consultados mostraron su satisfacción y valoraron que la de 2018 va a ser una campaña histórica para la D.O., tanto en cantidad como en calidad. Las pérdidas producidas en 2017 van a poder ser recuperadas en los próximos meses.
Ribeira Sacra remata con los seis millones que vaticinó el consejo regulador
El consejo regulador de Ribeira Sacra clavó este año su pronóstico. Según los datos correspondientes al 18 de octubre, la vendimia en Ribeira Sacra se sitúa en 6.171.228 kilos.
Aunque quedan aún bodegas abiertas, el cómputo final no diferirá mucho del último balance. El cierre de la campaña no está pendiente en la mayoría de los casos de la entrada de uva, sino de completar los libros de registro con las entregas de los proveedores.
Los seis millones de kilos de uva salvan una campaña que se preveía de menor producción. A juicio del consejo regulador, lo ideal habría sido llegar a los siete millones. No solo por la demanda existente por parte del mercado, sino también por la necesidad de disponer de vino en las bodegas en previsión de otra vendimia difícil.