En el caso estaban acusadas tres personas, aunque solo se ha condenado a una de ellas
06 feb 2019 . Actualizado a las 08:12 h.El valor del robo fue escaso y además el perjudicado lo recuperó, pero nada de ello ha impedido que la justicia imponga un castigo penal al incidente ocurrido el 4 de julio del 2017 en la capital ourensana. Así, se considera probado que Y. K. M. fue la persona que se llevó una bicicleta de la marca KTM valorada en unos 600 euros y propiedad de un particular cuyo sobrino había dejado allí aparcada.
Por este asunto fueron juzgadas tres personas, si bien el juez considera que no hay pruebas para acreditar que los otros dos sospechosos, en cuyo automóvil fue encontrada la bicicleta por parte de los agentes de Policía Nacional días después de los hechos. Así, a pesar de que en el juicio el sospechoso se negó a declarar, su primo -otro de los investigados- aseguró que aquel le había prestado la bici dándole a entender que era suya. En cuanto a la acusada, también dijo que «nada sabía del origen ilícito de la bicicleta». Ajenos por tanto a esto, la pareja recogió la bici en casa del imputado y la metió en su coche. Poco después fueron interceptados por agentes policiales, que les dieron el alto al ver el mal estado en el que se encontraban los retrovisores del coche. Aquel hecho casual motivó que se localizara la bici y dio origen a esta causa penal.