Un crítico gastronómico suizo desaconseja comer pulpo por atentar contra el bienestar animal
OURENSE
Wolfgang Fassbender apela al sufrimiento del cefalópodo cuando es capturado para animar a sus lectores a que no lo consuman
30 dic 2019 . Actualizado a las 19:46 h.Aunque en Galicia y en Ourense particularmente consideramos el pulpo como un manjar, fuera de nuestras fronteras hay voces que se cuestionan si es ético comer pulpo, si justifica su valor gastronómico el acabar con la vida de un cefalópodo considerado muy inteligente o si se maltrata a este animal para convertirlo en alimento humano.
Puede que sea una diferencia cultural o puede que haya razones morales pero la utilización del pulpo como ingrediente no está exenta de polémica. Gurús de la comida sana, como la actriz norteamericana Gwyneth Paltrow, se han posicionado claramente en contra de comerse a este animal porque lo considera incluso más inteligente que a sí misma:
Más argumentos en contra los añade el crítico gastronómico suizo Wolfgang Fassbender, quien publicaba el 27 de noviembre en el suplemento NZZ Bellevue diario Neue Zürcher Zeitung (NZZ) una columna en la que anima a sus lectores a no comer pulpo. El factor principal para no hacerlo, en su opinión. es el respeto al bienestar animal.
Sobre si hay que comerse a un animal inteligente, Fassbender se cuestiona dónde están los límites: «No hay duda de que los pulpos pueden realizar tareas de las que no son capaces otros animales, y uno podría decidir ahora cocinarlos poco como se hace con los monos y los delfines. Pero entonces inevitablemente habría que definir límites de inteligencia. ¿Se admiten gatos en la parrilla porque son más estúpidos que los loros? ¿O los perros, las gallinas y el ganado tienen que pasar una prueba de inteligencia antes del sacrificio?», escribe.
El peridodista defiende que se utilizan redes de arrastre en su captura que son poco ecológicas para el medio marino, pues dejan los fondos devastados; además del argumento de la inteligencia del pulpo, menciona su sufrimiento cuando es arrancado brutalmente de su medio. «Si los comensales en los restaurantes supieran que los animales morían lentamente, se abstendrían mayoritariamente de comer los brazos de pulpo a la parrilla», concluye el crítico suizo.
En su caso, además, justifica que no es un plato arraigado culturalmente ni tradicionalmente en Suiza. Y también, que sus experiencias personales degustándolo fueron desatrosas. Quizás se podría invitar a Fassbender a alguna feria gallega o a la Festa do Pulpo para que lo probase en condiciones, más á feira y menos a la parrilla.
En el caso de Paltrow, parece que ya conoce algo de la gastronomía gallega y allá por el 2011, la estrella de Hollywood no le hacía ascos a las zamburiñas que probó en Cambados.
Pero por estos lares, más allá de lo que digan los críticos centroeuropeos o anglosajones, parece que la mayor controversia sigue siendo si el pulpo se debe maridar con agua o no.