El acusado, vecino de la capital, reconoció los hechos en el juzgado
05 feb 2020 . Actualizado a las 14:00 h.Un nuevo caso de pornografía infantil ha llegado este martes a la sala de vistas del juzgado de lo penal de la capital ourensana. En este caso el asunto tenía su origen en una operación contra este tipo de delitos realizada por las autoridades policiales en junio de 2018. Ante las sospechas de que en un domicilio de la capital ourensana se pudieran estar descargando archivos pedófilos, el juzgado de instrucción número dos acordó la entrada y registro en la vivienda.
Las sospechas resultaron ser ciertas. En el domicilio, en el que vivía el acusado, Rigoberto B. T., se encontró un ordenador que fue analizado por los agentes. Observaron que había diez archivos en proceso de descarga, «teniendo siete de ellos nombres que indicaban que su contenido era de pornografía infantil». Eso no era todo. Enseguida los agentes localizaron una carpeta en la que había 3.299 archivos, imágenes y vídeos, repartidos en 44 carpetas, «en las que se observan a menores de edad en poses sexuales o manteniendo relaciones sexuales».
Lo reconoció todo
Antes estas evidencias, que fueron incautadas por los investigadores, el propietario del ordenador fue acusado de un delito de pornografía infantil que no negó ante la jueza. De hecho, las partes llegaron a un acuerdo de conformidad por el que aceptó una condena de un año de prisión.