Gonzalo Pérez Jácome: «Ojalá pudiese contratar yo de forma directa sin sacar a concurso las plazas»

SANTI M. AMIL

Al principio, Gonzalo Pérez Jácome (Ourense, 1969) no se creía que había conseguido cumplir su sueño de gobernar la ciudad. «Ahora que me llaman alcalde, pues ya me lo creo», explica el regidor, que reconoce que el cargo le ha cambiado sus rutinas diarias. «Yo tenía mucha libertad de horarios y ahora mismo tengo que ceñirme a los protocolos, a las reuniones y a las agendas de aquí», dice.

-Usted ahora asiste a actos que antes criticaba, como Fitur. ¿Tiene uno que cambiar de mentalidad cuando se hace alcalde?

-No, nada. El tema de Fitur nosotros creemos que no tiene retorno en promoción turística alguna. Nosotros fuimos porque, como era el primer año, creo que tocaba explorar por dentro. Confirmamos que Fitur era realmente lo que sospechábamos. No compensa a nivel turista, pero sí es verdad que se hacen muchos contactos a nivel personal para el tema de gestión. Y, gracias a Dios, quien acomete todo ese gasto principalmente es la Xunta. Con lo cual, está tirado el dinero pero por lo menos no lo gasta el Concello de Ourense. O sea, es un mal menor.

-¿No volverá entonces?

-Si volvemos, volvemos por los intereses de Ourense. Se verá en cada momento, pero como promoción sigo diciendo que no vale. Otra cosa, es que a nivel de contactos, al alcalde de Ourense le pueda servir. Si al alcalde de Ourense le puede servir, volveremos a Fitur y a Australia si hace falta. Pero ya te digo, por promoción turística eso no sirve de mucho. Como dije allí es endogámico porque yo hablé allí de Ourense para gente de Galicia y todos conocían Ourense. No tiene mucho sentido. Aquello es un baño de vanidad.

-Usted prometió solucionar en noventa días la situación de la plaza de Abastos de A Ponte y los contenedores subterráneos. ¿Qué ha pasado?

-Sobre los contenedores, en el momento en el que llegamos a la alcaldía nos hacen una oferta mejor de que ha salido un nuevo producto, con lo cual, lo cambia todo. Y en la plaza de Abastos nos hablan de un nuevo enfoque que lo podría cambiar todo. Lo que no vamos a hacer es que, por unos meses más, se haga un proyecto que va a quedar mal para siempre. Lo que está claro es que ambos proyectos llevan seis años bloqueados tanto por PSOE como por PP y llega Democracia Ourensana y en un año lo va a solucionar. Eso es para echarnos flores, igual que con la cafetería del jardín japonés.

-Pero también hay retrasos en otros anuncios, como el de la subasta de los coches oficiales. ¿No le molesta que sus proyectos no terminen de materializarse?

-Lo que nos dicen es que el técnico tiene que hacer otras cosas. Entonces, se marcan prioridades y, como no era prioritario porque son 2.000 euros, lo hemos pospuesto. En cualquier caso es algo absurdo porque son 2.000 euros. ¿Qué más da que se cobren 2.000 euros ahora que en octubre? Lo que sí es triste son los 6.000 que se gastaban cada mes por tener coche oficial, entre los dos sueldos del chófer, más las dietas, más la gasolina, más el seguro y más el mantenimiento. Eso, por lo que se ve, a nadie le importa.

-¿Contribuirá el «city manager» a agilizar el Concello?

-Sí, es fundamental. El fuego lo tienes que combatir con fuego y a los burócratas los tienes que combatir con burócratas. La persona que va a venir esperemos que sea un experto en burocracia. Es fundamental para hablar ese lenguaje, el lenguaje de la burocracia, que no tiene nada que ver con el lenguaje de la gente.

-Hay quien dice que el «city manager» va a hacer el trabajo que debería hacer usted.

-Indudablemente no. El trabajo del alcalde es el trabajo del alcalde. Eso es como decir, por ejemplo, que si Zidane contrata a un preparador físico, entonces tendría que dejar el sueldo. Zidane coge en su equipo a quien considere y yo cojo en mi equipo a él y a los que haga falta.

-En relación a su sueldo, ¿no va a pedir la compatibilidad para sus negocios privados como pretendía al iniciar el mandato?

-Lo iba a pedir en su día y seguramente lo haré para evitar a lo mejor que hagan cualquier comentario o cualquier denuncia. Pero en cualquier caso, no pueden hacerla porque tampoco la ley me obliga a pedirla. Eso que puedo facturar no tiene nada que ver con la alcaldía, no le quita tiempo a la alcaldía y en eso sí que la ley es muy clara.

-Volviendo al «city manager», será Francisco Cacharro, ¿no?

-No sabemos cuánta gente se va a presentar y, si mañana viene un crack, tienes que contratar al mejor. Si Cacharro es el mejor, vendrá Cacharro y, como venga uno mejor que él, seguirá en la Diputación.

-¿Pero cree que él sería un buen «city manager»?

-Sería un buen city manager, sí.

-¿Por qué?

-Porque lo conozco y hablé con él y es una persona muy inteligente, tremendamente culta. Tiene un pensamiento bastante cercano a nuestro microliberalismo y, aparte, es un experto en burocracia. Como ves, lo tiene todo.

-Usted elevó el número de asesores al máximo legal...

-[El alcalde interrumpe la pregunta] Y ojalá pudiéramos tener el doble porque son los que ahora mismo están sacando las castañas del fuego. Pero no son asesores, vamos a ver si le podemos cambiar el nombre en el RPT porque está mal puesto. No son asesores, es personal eventual. Y yo creo en el personal eventual, yo creo en llegar aquí con tu equipo como en Estados Unidos. Llegas con tu staff, que no son funcionarios y no se pueden echar a dormir como pueden hacer algunos funcionarios. Si esta casa funciona es porque muchos funcionarios deciden ser currantes cuando podrían no serlo.

-Varios departamentos tienen problemas de personal. Resulta más fácil contratar asesores y directores que funcionarios, ¿no?

-[Se ríe] ¡Hombre, claro que resulta más fácil! Porque es por contratación prácticamente directa. Ojalá fuera todo así y pudiese contratar yo de forma directa sin tener que sacar a concurso las plazas. Por eso es operativo el personal eventual. Ojalá pudiésemos contratar a treinta abogados eventuales, que sería en cuestión de días.

«Hay realmente profesionales del escaqueo, pero gracias a Dios son una minoría»

La relación de Gonzalo Pérez Jácome con los sindicatos no está siendo fácil por sus alusiones críticas a los funcionarios al inicio de su mandato.

-Parece que últimamente ha moderado su discurso crítico con los trabajadores. ¿Es así?

-No, no, yo no moderé nada.

-¿Sigue pensando entonces que hay mafias del escaqueo y mafias policiales?

-No, yo no dije que había una mafia del escaqueo, yo dije que había una mafia policial.

-Lo dijo también, se lo aseguro.

-Ah, ¿sí? Ya no me acuerdo de todo lo que digo... Efectivamente, y no lo digo yo, lo dijo un juez, que había ciertos policías que falsificaban multas y los condenaron a dos años de cárcel. Y lo de las mafias del escaqueo, si lo dije, efectivamente hay gente que ya está programada para escaquearse. Aquí hay realmente profesionales del escaqueo, pero gracias a Dios son una minoría.

-¿Se está haciendo algo para controlar ese tipo de situaciones?

-Sí, hace poco hemos visto una persona que venía a trabajar a las doce. Yo le quería abrir un expediente y nos aseguraron los jurídicos que era mejor hacer apercibimientos y darle otra oportunidad.

-¿No teme la inseguridad jurídica de aprobar unos presupuestos con informe en contra el interventor?

-No, los criterios del interventor en los presupuestos no son vinculantes. Nosotros tenemos otros criterios que inclinan la balanza al otro lado y no hay ningún problema.

-En el 2018 usted justificó su rechazo a los presupuestos precisamente porque existía un informe muy similar.

-Sí, pero no era exactamente el mismo informe, había pequeñas diferencias. Y, luego, la diferencia estaba en que quedaba todo a la libre voluntad de un partido en el que en aquel momento no confiábamos. Entonces nosotros preferíamos confiar antes en el interventor que en el otro partido. En este caso soy yo y confío en mí mismo. Hombre, si no confío en mí mismo, ¿en quién voy a confiar? En el otro caso era distinto porque quedaba todo en manos de un partido un partido que no estaba controlado por nosotros y ahora sí lo controlamos.

-Si los informes son distintos es porque en el año 2018 no hablaba de anulabilidad y hoy sí.

-Sí, pero tiene otros matices que son distintos. En cualquier caso, como yo creo que tengo toda la razón, se pueden ir a la justicia y ver en qué acaba.

«Tendré que corresponder y apoyar a quien me apoyó a mí»

Jácome asegura que la aprobación del PXOM es inminente. «Falta por decir cuáles son nuestras demandas y plasmarlas, que supongo que será cuestión de un mes o dos», dice.

-¿Cuáles son esas demandas, las torres de Copasa y el rascacielos en Mariñamansa?

-Sí, básicamente torres al lado del río y Mariñamansa, algunas recalificaciones que se les ha dado un pequeño volumen de más y luego ciertos espacios dotacionales que nosotros consideramos fundamentales. Así que nuestra tijera va a ser importante, pero no va a ser definitiva. Proporcionalmente no vamos a ser los que más metamos, pero sí vamos a dejar nuestra huella; nosotros no somos comparsas de nadie.

-Sin embargo, los concejales del PP presumen de libertad de acción y dicen que usted no se mete en sus áreas.

-De momento no. De momento estamos actuando así. Yo no tengo mayoría absoluta y de momento tienes que darle un margen de confianza a todas las personas que están operando. Yo hay muchas cosas que a lo mejor cambiaría desde el minuto uno y todavía no lo he hecho. Muchos me acusan de que no se puede llegar como un elefante en una cacharrería, pues no podrán decir eso. Estamos entrando con mucho tiento y no nos estamos metiendo en la gestión de los demás, pero ahora ya se empiezan a ver los frutos y empezaremos a cambiar orientaciones del barco si la cosa va mal.

-¿Está entonces dispuesto a corregirlos si hacen algo mal?

-Hombre, es que si no hago eso no sería alcalde.

-Como decía que hasta ahora no lo hizo...

-Hasta ahora no porque tienes que dar un margen de acción a ver lo que hacen. Es decir, si usted lleva un año de concejal tendrá que poner ahí su impronta y veremos después cómo es esa impronta y cómo no.

-¿Cómo es su relación con los concejales del PP?

-Excelente.

-¿Con todos por igual?

-Con todos, es una relación absolutamente excelente con todos. Yo creo que están arrepentidos de no haber llegado a un acuerdo hace cuatro años.

-¿Y con Jesús Vázquez? ¿No preferiría tener a un concejal con responsabilidades de gestión en el gobierno?

-A mí me da absolutamente igual. Mi relación ahora mismo con Jesús Vázquez desde un punto de vista profesional es excelente.

-¿Y con Baltar? Parece que hay buena sintonía.

-Con Baltar, igual que con los concejales del PP, excelente.

-¿Se arrepintió en algún momento de lo que le dijo en el pasado?

-No, para nada, no me arrepentí porque en aquel momento es lo que yo pensaba. Cuando yo critiqué formas de gestión, yo estaba convencido de lo que decía y hacía esas expresiones que son muchas veces mediáticas. Y nada más, ahora estamos en otro barco en el que la relación es muy buena profesionalmente y vamos a hacer grandes cosas.

-Esas «formas de gestión» se mantienen intactas y ahora usted no dice nada.

-Sí, pero es que ahora vamos a hacer inversiones en la ciudad de Ourense. También es verdad que nosotros tenemos una representación en el grupo de gobierno del 17 % y vamos intentar condicionar inversiones en Ourense en una cuota parecida a esa. Con eso nos damos por satisfechos. Si Ourense ciudad tiene esas inversiones, estará bien.

-Entonces, ¿ya no importa que se gestione mal la Diputación mientras llegue dinero al Concello?

-Hombre, importa mucho menos, claro. Indudablemente sí. Nosotros no vamos a condicionar sustancialmente la gestión de la Diputación mientras esté llegando dinero a Ourense ciudad, que es a lo que nosotros nos debemos.

-Después de pactar con el PP en el Concello y anunciar que votará a Núñez Feijoo, ¿sigue vigente aquello de que DO no es «ni de izquierdas, ni de derechas, de Ourense»?

-Hombre, nosotros no somos ni de izquierdas ni de derechas; somos de Ourense. Y en este sentido hacemos un dicho de la diplomacia británica que decía que Inglaterra no tiene amigos permanentes; solo tiene intereses permanentes. Ahora mismo el viento viene de donde viene y nuestro interés está con el Partido Popular porque entendemos que es quien más puede ayudar a Democracia Ourensana, a esta alcaldía y a la ciudad. En el momento en que cambien las cosas, nosotros no somos ni de izquierdas ni de derechas. Nosotros somos como Inglaterra, solo tenemos intereses permanentes.

-¿Pueden cambiar las cosas el mismo partido y las mismas personas a las que usted culpaba de la discriminación a Ourense y criticaba duramente?

-Sí, que les hemos quitado la piel... Lo que nos han dicho es que van a revertir la situación. Nosotros tendremos que votar a quien dice que va a ayudar a Ourense en el futuro. Cuando se vota, se vota por futuro. ¿En el pasado? En el pasado PP y PSOE han discriminado a la ciudad de Ourense. Ambos partidos han discriminado a Ourense por igual, pero nosotros creemos que ahora, en el futuro, el PP va a hacer discriminación positiva con Ourense. Por lo menos, esa es la promesa que tenemos por parte de la cúpula del PP. Además estamos cogobernando con ellos. Los apoyamos por dos temas: porque tenemos que apoyar a quien nos apoya y porque tenemos esa promesa de discriminación positiva. Ahora mismo les vamos a creer. Si no cumplen, en tres años no le vamos a volver a votar.

-¿No cree que puede haber una parte de su electorado decepcionada?

-Pero es que yo a nivel personal voto a quien considere. ¿Qué prefieren, que yo no vote? En este momento voto a quien creo que va a ayudar más a Ourense y, sobre todo, también tendré que corresponder y apoyar a quien me apoyó a mí. Ya sería el colmo que yo votara a Villarino, que es una persona que me critica en cada pleno.

-¿Puede influir en la estabilidad del pacto lo que ocurra en las elecciones autonómicas, por ejemplo, si pierde la Xunta el PP?

-En absoluto, cero. No tiene ningún sentido, ¿por qué lo va a condicionar? Es un rumor que siempre está diciendo el PSOE y toda esa gente, pero es absolutamente irrelevante.

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