Nos decía a los periodistas el expresidente de la Diputación, José Luis Baltar, que cuando se retirara nos íbamos a quedar sin titulares. Durante un tiempo no le faltó razón al hombre que, según los rumores que corren por las redacciones, era capaz de seguir hablando el tiempo necesario para que algún periodista lograse completar la página del día. Pero después llegó Jácome. Y empezó a repartir titulares como si no hubiera un mañana, tanto en la oposición como al llegar al gobierno (algo en lo que, volviendo al principio, tuvieron mucho que ver los Baltar).
Los titulares de Jácome fueron ganando peso. Primero los daba como aspirante fuera del sistema, luego como verso suelto en la corporación, más tarde como representante del principal partido de la oposición y ahora como alcalde. Sí, como alcalde, aunque él aún acaba de creérselo ahora, nueve meses después de las elecciones.
Jácome es capaz de decir lo que piensa con crudeza y de no pensar lo que dice sin pudor. Por eso resulta difícil elegir los titulares en una entrevista -como la que hoy publicamos bajo la firma de Miguel Ascón-. Porque cada tres frases una es un puñetazo: a los funcionarios, a la burocracia, al sistema, a sus votantes o, quizás sin saberlo, a sí mismo. Jácome versiona ese dicho popular: «El papel lo aguanta todo». Todo es más fácil de escribir, o de contar, que de hacer. El alcalde lo está comprobando aunque parece que por el momento no le importa. Quizás cree que ese otro papel, el suyo como máximo responsable de la ciudad, también lo aguanta todo. Habrá que verlo.