La baloncestista internacional continúa en Cáceres a la espera de lo que suceda con la Liga Femenina
15 mar 2020 . Actualizado a las 16:22 h.Los deportistas son algunos de los profesionales que se han encontrado con el país prácticamente cerrado, mientras están lejos de sus respectivos hogares.
Es el caso de la baloncestista ourensana Paula Ginzo, que en principio pensó en desplazarse a casa de su familia hasta que se supiera como iban a evolucionar las medidas para combatir el coronavirus, pero después de meditar la situación optó por quedarse Extremadura: «En casa vivimos con mi abuelo de 87 años y yo vengo de la Copa de la Reina, donde coincidí con gente procedente de todas partes del país. No tengo síntoma alguno, pero a saber si lo voy a portar y no tengo por qué arriesgar la salud de mis familiares».
La jugadora forjada en la cantera del Carmelitas es la principal referencia del juego interior del Al Qázeres e incluso uno de las jugadoras más carismáticas de la plantilla extremeña de la Liga Femenina. El deporte de la canasta fue uno de los primeros afectados a nivel continental y así lo corrobora la propia Paula: «Las americanas se han ido en cuanto pudieron y las otras jugadoras extranjeras lo están intentando, pero en la mayoría de los casos no las han dejado que viajaran a sus respectivos destinos. La situación es complicada, el miércoles nos dijeron que la Liga se paraba catorce días y nos mandaron para casa».
Por lo que ha visto Paula hasta la fecha, la situación en Cáceres no es de las más delicadas, pero la preocupación cunde entre sus habitantes: «Hace unos días intentamos ir a un súper mercado y no había manera de entrar, ahora parece más fácil en uno que tenemos cerca, pero resulta que las estanterías están prácticamente vacías. No es que no tenga comida en casa, pero sí hay productos concretos que escasean».
En su residencia extremeña, Ginzo está más tranquila y se ajusta a las recomendaciones que han emitido desde el cuadro técnico de su club y a las indicaciones de su preparador físico personal: «Tengo deberes para cuidar en casa mi forma física y mi mente también. Mi preparador físico me encomendó trabajo del que se pueda realizar dentro del domicilio, además de unas ciertas pautas alimenticias, porque hay que tener en cuenta que, además de dejar de entrenarnos, vamos a movernos muy poco al no salir más que lo necesario».
En ese sentido, llama la atención que el especialista en el cuidado de la forma física fue más allá de los propios ejercicios: «También nos han dado consejos para combatir el sedentarismo, no es cuestión de sentarse en el sofá todo el día viendo la tele, es necesario que mantengamos la mente despierta y nos recomiendan pasatiempos como puzzles o destinar más tiempo a la lectura».
El club cacereño es de los que se volcó desde el primer instante en frenar posibles contagios y su propio entrenador, el luso Ricardo Vasconcelos subrayaba que la emergencia sanitaria era prioritaria: «Esta situación está por encima del deporte». Al mismo tiempo, en el club intentaban paliar los efectos, pactando un compromiso para el regreso de Arica Carter y Jannie Simms, que regresaron a su país.
Mientras tanto, una titular indiscutible como la propia Paula Ginzo, con una media de más de 34 minutos en pista por partido, es también un ejemplo en la forma de afrontar con la máxima responsabilidad una crisis que, de momento, interrumpió su brillante trayectoria deportiva.