Los accidentes con tractores costaron la vida este año a cuatro ourensanos

Maite Rodríguez Vázquez
Maite rodríguez OURENSE / LA VOZ

OURENSE

Agostiño Iglesias

En el mes de septiembre se produjeron tres siniestros mortales en la provincia

08 nov 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Los accidentes con tractores se han cobrado cuatro víctimas mortales en la provincia de Ourense a lo largo de este 2020. Tres de los siniestros mortales ocurrieron durante el pasado mes de septiembre y el anterior en junio.

En septiembre, un hombre de 82 años falleció al chocar el tractor que conducía contra un muro, en Pazos de Arenteiro (Boborás). Fue el 3 de septiembre y el único que se computa como siniestro de tráfico. Los demás accidentes mortales ocurrieron en fincas privadas o lugares delimitados que no se incluyen en las estadísticas.

Tráfico ha registrado ocho accidentes más con este vehículo agrícola: uno con un herido grave en Maceda, el 21 de febrero; otro lesionado grave en Piñor, el 23 de junio; tres heridos leves, dos en Oímbra y uno en Beade y tres más, con daños materiales. Tampoco la estadística del Issga (Instituto da Seguridade e Saúde Laboral de Galicia) refleja la totalidad de los accidentes porque cuando el siniestro no tiene la consideración de laboral, deja de tener competencias, indican desde este instituto. En lo que llevamos de año, según el registro oficial del Issga, ha habido cuatro accidentes laborales con tractor en la provincia de Ourense, ninguno en la ciudad. Y todos fueron leves. En el año 2019 se registraron trece, también leves, en la provincia y dos en la ciudad.

Y la mayor parte de los accidentes con tractor que hay no son laborales. «Máis do 95 % das persoas que os sofren non están afiliadas ao réxime especial agrario», por lo que son accidentes no laborales. La edad media de los conductores accidentados es de más de 65 años, según el Issga, y la mayor parte de los siniestros se producen cuando se realizan tareas agrarias o en desplazamientos para acometerlas.

Más allá de las estadísticas oficiales, en las informaciones de prensa es donde se encuentran referencias de más accidentes mortales o graves a bordo de un tractor. En septiembre, seis días después del fallecimiento del octogenario en Boborás, se producía otro grave accidente con un tractor de obra o chimpín en Vilariño de Conso, que costaba la vida a un operario portugués de 45 años, que fallecía el 10 de septiembre en el hospital, adonde había sido trasladado en helicóptero. El 15 de septiembre tuvo lugar otra desgracia con el tractor como vehículo implicado. Un vecino de Alais (Castro Caldelas), de 73 años, moría cuando trabajaba en la vendimia de una viña con la máquina y esta volcó, dejándolo atrapado y causándole la muerte. El 25 de junio, en Castrelo do Val hubo otro siniestro mortal, de un hombre que trabajaba en una finca. Según datos computados por La Voz de Galicia, hasta finales de agosto se habían producido en la comunidad al menos diez muertes entre usuarios de tractores. Quiroga, Vilaboa, Cee, O Saviñao, Irixoa, Teo o Cambados fueron algunos de los lugares de esos accidentes.

Pero además de las muertes, los accidentes con tractor han causado también heridas graves a otros conductores, que han necesitado meses de cuidados médicos o de fisioterapia para recuperarse. En febrero, un hombre cayó de su tractor mientras trabajaba en una finca de Ponte Fechas (Celanova) y tuvo que ser rescatado por los bomberos. El 20 de marzo, otro agricultor necesitó atención urgente y traslado en el helicóptero medicalizado tras un siniestro en Porqueira. El 16 de septiembre se producía una colisión en Beade entre un turismo y un tractor, cuyo conductor salía despedido y posteriormente resultaba atropellado por el vehículo agrícola.

El vuelco es la principal causa en los accidentes mortales, seguido del atrapamiento en la toma de fuerza y por los siniestros de circulación, ya que el tractor se usa como medio de desplazamiento. La dispersión poblacional y la atomización de las propiedades son factores que inciden en la elevada siniestralidad.

Prohibida la transmisión de vehículos de más de 40 años si no tienen arco

Las autoridades siguen intentando reducir la siniestralidad en este tipo de vehículos, con campañas de prevención e información y normativas más exigentes en materia de seguridad. La normativa europea ya no permite que se transmitan, salvo en caso de herencia, tractores de más de cuarenta años a no ser que tengan el arco de autoprotección. Y es que este elemento de seguridad se considera clave frente a uno de los accidentes graves más frecuentes, el vuelco de la máquina y aplastamiento del conductor. Los vehículos que tienen estos arcos y no los llevan desplegados cuando están en marcha se exponen a una denuncia por conducción negligente sancionada con una multa de 200 euros.

Por su parte, la Xunta, en colaboración con el Gobierno de Madrid lleva a cabo campañas para prevenir los riesgos de este vehículo y sus aperos, y que se enfocan sobre todo al medio rural. Según el Issga, el envejecimiento de la población y del parque de maquinaria agrícola son dos factores influyentes en los accidentes, así como los múltiples riesgos que implica la utilización de este tipo de maquinaria, ya que se pueden producir atrapamientos tras vuelcos, o entre objetos o golpes contra objetos en movimiento. La población expuesta a este tipo de accidentes, según el Issga, no es solo el agricultor o titular sino sus familiares, jubilados o trabajadores a tiempo parcial o no afiliados. La dureza y exigencia física de los trabajos, sumado a horarios indefinidos o factores ambientales inciden en este tipo de siniestros.

Julio Vázquez: «Unha vez fóiseme unha roda»

Julio Vázquez pasó la revisión a su Pasquali 996, un tractor de pequeño tamaño con el que lleva 37 años y que le permite pasar por los caminos estrechos de su zona. Lo usa para labores agrícolas de su casa, como fresar, arar y poco más. Recuerda que una vez tuvo un percance circulando en una carretera, cerca de un puente estrecho, al perder una rueda delantera del tractor. El vehículo no le volcó aunque sí alguna vez el remolque.

TERESA CELA

Manuel Rodríguez: «O de envorcar é por pouca experiencia da xente»

José Manuel Rodríguez usa un tractor del año 1968. «Para botar as patacas e recoller leña», apunta. Acaba de pasar la ITV en la unidad móvil que estuvo en A Peroxa y asegura que no sale mucho del pueblo con el vehículo. Antes de jubilarse, trabajó 36 años con tractores y afirma que nunca tuvo un accidente. «Para min, iso de envorcar é por pouca experiencia da xente. Os tractores custan pouco e son falsos se se meten onde non se debe», aprecia este usuario.

Agostiño Iglesias

Su sobrino, Ramón, considera que «o 90 % dos accidentes son de xente maior», que ya tienen problemas de movilidad y que se caen o se lastiman al bajar de la máquina. También apunta que, pagando la homologación, los vehículos antiguos, de más de cuarenta años, se pueden mejorar con sistemas de seguridad, como el arco que evita daños en vuelcos. En su caso, apunta que «ando despacio, hai que ter moita precaución. Téñome metido por sitios malos». Utiliza el tractor para labores agrícolas de su casa, como recoger leña o trabajar las viñas.

Américo Campos: «O tractor é seguro pero hai que ter cabeza»

Américo Campos lleva 45 años trabajando con tractores para una empresa de A Peroxa. Se dedica a retirar madera del monte con una máquina con grúa. «Para min, é seguro como un coche, o que hai que ter é cabeza». Este operario indica que en ocasiones se ha arriesgado a meterse en zonas difíciles para buscar madera. Para evitar accidentes, Campos alude a que la máquina ha de estar en buenas condiciones.

TERESA CELA

En su caso trabaja con un Same Silver con una grúa que pesa mucho, relativamente nuevo pues fue matriculado en el año 2001. «Ten que estar ben de freos e preparado para andar. Aquí, nos pobos, téñense os tractores feitos un desastre. Eu mesmo hai 50 anos andaba cun “pasquali” sen freos, de calquera maneira, pero unha máquina de traballo hai que tela ben».

El contar con cabina o arco de seguridad es un factor importante. «En caso de envorcar, non che colle por baixo. Hai anos tiven un susto subindo unha pendente, pero apoieime na cabina e na grúa e saín ileso», cuenta el trabajador.