El año en el que Ourense se echó al monte: «La gente llega con la idea de ganar en salud mental»

Pablo Varela Varela
pablo varela OURENSE / LA VOZ

OURENSE

Santi M. Amil

La Federación Galega de Montañismo cifra en 30 las rutas de senderismo que están operativas actualmente en la provincia

12 abr 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

«Hai unha volta atrás ó monte. Ó contacto ca natureza, aínda que sexa de forma contemplativa», resume Xosé Antón Vázquez, del Clube Montaña Ribeira Sacra. En la provincia de Ourense hay 30 rutas de senderismo homologadas por las autoridades, un tesoro que ya estaba ahí antes de la pandemia, pero que ganó popularidad cuando más de uno se hartó de estar entre cuatro paredes.

«El número de licencias en la Federación Galega de Montañismo creció un 20 % en el último año», explica Raúl Leirós, vocal de la asociación. Son unos 6.000 socios y, de todos ellos, un 60 % están vinculados a la disciplina del senderismo. La Federación integra hasta doce, entre ellas alpinismo y barranquismo. «Y lo que está pegando fuerte en la provincia de Ourense es la escalada deportiva y el senderismo, claro», indica Leirós.

Este bum se había ido cocinando a fuego lento en los últimos años, pero fue la llegada del covid-19 lo que aceleró el proceso. «Estar federado te permite acceder a parques nacionales que, en general, tienen restricciones severas de acceso, y también tienes un seguro. Pero además, el deporte al aire libre es lo que más se recomienda en este contexto y en el monte es raro que haya una actividad que implique a un grupo de más de diez personas», agrega Leirós.

El concello de Ourense

Más allá del cemento. Las sucesivas restricciones a nivel municipal a causa de la pandemia también ayudaron a que más de un vecino redescubriese áreas rurales de la capital. Así lo constata Mar Pallás, presidenta del Club Alpino Ourensán: «A medida que nos dejaron movernos, muchos socios han tirado de aplicaciones móviles como Wikiloc para buscar rutas cerca de la ciudad: el castro de Santomé, la zona de Oira y alrededores... Y también el entorno de Palmés».

Pena Trevinca

Hambre de montaña. En Vilanova, una aldea de A Veiga, vive desde hace 27 años Cholo Fernández, guía de montaña. Trevinca, el techo de Galicia, no tiene secretos para él. «Hay algo más de afluencia, pero creo que no tiene que ver con la pandemia, sino con que esta zona tiene muchos alicientes. Lo que sí percibes es que la gente llega ahora con más ganas de naturaleza que nunca y con una idea de ganar en salud mental», explica. La idea de Trevinca como un oasis del aislamiento, lejos de las aglomeraciones, sustenta esta teoría. «Hemos escuchado a menudo esta frase: ‘Lo que queremos es salir de la ciudad’. La montaña es sinónimo de aire puro», dice Fernández.

Ribeira Sacra

El refugio de todos. Durante el verano del año pasado, miembros del Clube Montaña Ribeira Sacra se toparon con que «incluso con restricións vixentes, aquí aparecía xente». Alude a las rutas del mosteiro de Santa Cristina de Ribas de Sil y también la que bordea el río Mao. Durante la temporada estival, sus pasarelas de madera vieron desfilar a familias, turistas que venían desde más allá del Padornelo y también a algún que otro solitario. «Estaba todo o sendeiro pisado. E o que ves agora é moita máis xente nova. E non falo de camiñantes de 30 ou 40 anos para riba, senón de rapaces que andarán polos 20. Por exemplo, onde os Balcóns de Madrid», comenta Vázquez.

San Mamede

El encanto del Macizo. Desde la aldea de Rebordechao, en el corazón del concello de Vilar de Barrio, se inicia una ruta que conduce hasta la ermita de San Mamede, a más de 1.600 metros de altitud en pleno Macizo Central. Xosé Antón Vázquez señala que «hai marabillas por camiñar como esta, ou traxectos entre os concellos de Chandrexa de Queixa e Montederramo, como o bidueiral de Gabín».

Xurés

Con un pie en Portugal. Ana Canal, guía de senderismo en Ecoturismo Xurés, comenzó en el año 2016 a trabajar con grupos reducidos que, en general, buscaban conocer las sierras del borde fronterizo entre el suroeste de Ourense y Portugal. «O que vexo agora e que hai un incremento no interese de coñecer o Parque Natural», dice. Ante los vaivenes de la pandemia, organiza cuadrillas pequeñas que suelen acudir a una ruta ya marcada y con un día predeterminado. «Hai quen busca ir polas zonas máis altas, outros a Riocaldo, a aldea de Salgueiro... Imos variando porque hai seis concellos e en cada un deles hai rutas», ilustra.