Antonio Velasco, actor: «'El Quijote' es una obra que tiene muchísimo de divertida»

OURENSE

Fernando de Retes y Antonio Velasco caracterizados durante «El Quijote. La historia secreta»
Fernando de Retes y Antonio Velasco caracterizados durante «El Quijote. La historia secreta» Cedida

El dramaturgo dirige y protagoniza una versión del texto de Cervantes, el domingo en el Principal

04 mar 2022 . Actualizado a las 17:36 h.

El programa del Teatro Principal de Ourense dedica los domingos por la mañana a sus propuestas pensadas para público familiar. En esta ocasión, los espectadores podrán disfrutar a partir de las 12.00 horas de una nueva versión de «El Quijote» producida por Teatro de Poniente bajo el título de «La historia secreta». Las entradas tienen un precio de 6 euros y pueden comprarse a través de la web de Ataquilla. El dramaturgo Antonio Velasco es el autor del texto, el director de escena y también uno de los dos actores que protagonizan la obra. El otro es Fernando de Retes. «Soy un chico multiusos de la cultura», bromea Antonio.

—¿Cómo es versionar a Cervantes?

—La verdad es que ha sido toda una aventura. Teníamos una premisa que era contar «El Quijote» de una forma completamente diferente a lo que habíamos visto hasta ahora. Nos propusimos llegar a todos los públicos y convertirla en una obra transversal desde para un chaval a un adulto y que ambos se lo pasasen pipa. Lo que hicimos fue crear a los Rufinos Filipinos. Cervantes dedicó «El Quijote» al Duque de Béjar, pero el noble no se veía capaz de leerse una obra tan extensa así que le pide a sus secretarios que la reinterpreten en una comedia con dos actores que tenga un máximo de una hora. Los Rufinos se encuentran con ese guion y lo representan ante el público.

—¿Es difícil llegar a los más pequeños con una obra tan universal como «El Quijote»?

—Nosotros lo que tratamos todo el rato es de quitarle el polvo a este tipo de obras. Son libros que parece que pesan demasiado y eso impide que ni niños ni adultos los cojan, pero la realidad es que son obras livianas. Durante años nos han obligado a leerlo y todos sabemos que cuando hay una imposición de por medio todo es más latoso. Con esta adaptación desmitificamos «El Quijote» y demostramos que tiene muchísimo de divertido. Hemos tenido a padres e hijos entre el público que nos han confesado que se han reído mucho juntos con la función y eso nos hace muy felices.