Los acusan de cultivar 200 plantas de marihuana en Rairiz de Veiga y ellos alegan ante la jueza que estaban de pesca

Marta Vázquez Fernández
M. Vázquez OURENSE / LA VOZ

OURENSE

Entrada principal del edificio judicial de la ciudad de Ourense
Entrada principal del edificio judicial de la ciudad de Ourense m. v.

La Fiscalía pide tres años y medio de cárcel y una multa de medio millón de euros para los investigados

27 abr 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Los agentes de la Guardia Civil llevaban varios días vigilando una plantación de marihuana localizada en un paraje de la localidad de Rairiz de Veiga cuando, el día 16 de septiembre del 2020, vieron llegar a dos hombres. Se bajaron de una furgoneta y cruzaron un río, alcanzando luego la finca en la que florecían, con un tamaño más que considerable, nada menos que doscientos arbustos. Fue la mayor incautación de marihuana que hicieron los agentes del instituto armado aquel año, ya que las plantas alcanzaron un peso de 132 kilos, y fruto de aquel dispositivo se desencadenó un proceso judicial por un delito contra la salud pública que este martes llegó a la sala de vistas del Juzgado de lo Penal dos de la capital ourensana.

En el banquillo de los acusados se sentaron A. J. B. y M. J. J., los dos vecinos de Xinzo a los que la Guardia Civil arrestó aquel día. La Fiscalía pide para ellos una condena de tres años y nueve meses de prisión, con una multa de medio millón de euros, el doble del valor que la droga hubiera alcanzado en el mercado de haberse comercializado, pero ninguno de los acusados admitió haber sido responsable del cultivo. En su declaración, los dos negaron la mayor. Explicaron que el día de autos estaban de pesca cerca del paraje conocido como O Coaño, y llegó hasta ellos un fuerte olor a marihuana, un aroma que les era familiar porque los dos, según explicaron, son consumidores.

Así las cosas, descubrieron la plantación y acordaron coger unos cuantos cogollos para su consumo, siendo en ese momento localizados por los agentes. Estos, por cierto, dieron otra versión de los hechos, explicando que habían visto llegar a los sospechosos a la zona y que no encontraron evidencias físicas de que estuvieran de pesca, ya que no llevaban cañas de pescar ni otros objetos necesarios para la práctica de este deporte. Los agentes también explicaron que llevaban tiempo haciendo vigilancias en el terreno, apoyados por integrantes del Seprona, y relataron que la plantación estaba dotada de un motor de riego que recogía el agua del río para facilitar el crecimiento de las plantas.

Así las cosas, queda en manos de la magistrada dirimir si los acusados eran o no los responsables del cultivo de aquellas plantas. La representante de la Fiscalía consideró probados los hechos y vio poco creíbles los argumentos de descargo, si bien la defensa aludió también a un error en el pesaje de la droga, solicitando la libre absolución para sus clientes.