No se pudo probar que conducía el coche implicado en un choque en Pereiro de Aguiar, pero sí su «burla» a la justicia

Marta Vázquez Fernández
M. Vázquez OURENSE / LA VOZ

OURENSE

Puerta de entrada de la sala de vistas del Juzgado Penal dos de Ourense
Puerta de entrada de la sala de vistas del Juzgado Penal dos de Ourense M. Fernández

La magistrada exonera al dueño de un turismo que se dio a la fuga tras un accidente, al no corroborarse quién conducía, pero reprocha su conducta

18 jun 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

El 5 de agosto del 2020 tuvo lugar un accidente de tráfico en el término de Xubande, en Pereiro de Aguiar. Un conductor se salió de su carril y colisionó contra otro turismo que circulaba correctamente en sentido contrario. Al volante de ese segundo coche iba una mujer que resultó herida leve, pero de eso no se preocupó el otro piloto, quien lejos de detenerse para calibrar las consecuencias del suceso y asumir lo ocurrido, se dio a la fuga.

Pero en el lugar de la colisión quedaron pruebas. La Guardia Civil encontró la carcasa del retrovisor del Opel Astra de color blanco que, según la víctima, había colisionado contra su coche, por lo que los integrantes del grupo de investigación GIAT, especializado en casos de tráfico, comenzaron a buscar a su propietario. Tardaron apenas veinticuatro horas en localizarlo. Se trataba de un vecino de San Xoán de Río cuyo automóvil, según comprobaron los agentes, tenía daños en el retrovisor delantero. La carcasa encontrada en el lugar de la colisión encajaba a la perfección con la de su coche, pero además en uno de los laterales del vehículo aún había pintura azul que coincidía con la del Citroën Saxo que había sido golpeado. Parecía un caso resuelto.

Pero el dueño del coche, que por entonces tenía el permiso de conducir retirado, dijo que no era él quien conducía. Tras localizarlo los agentes trabajando en una brigada de extinción de incendios, señaló a un conocido como la persona que iba al volante del automóvil cuando ocurrió el accidente, y en un primer momento este corroboró la versión. Luego se desdijo, temeroso seguramente de las consecuencias penales de su confesión, pero no quiso señalar a ningún culpable y pese a que se inició un proceso judicial por delito vial contra el titular del turismo, la magistrada ha tenido que exonerarlo.

No se ha podido probar que fuera él quien conducía y, sin esa certeza, el resto de indicios que lo señalaban son insuficientes. Pero la jueza encargada de ver el caso no ha pasado por alto ni la conducta de la defensa, que durante el juicio afeó a los agentes su forma de proceder, ni tampoco la del acusado, por su escaso respeto hacia el sistema judicial. «Resulta una burla el hecho de que el acusado, que no ha denunciado en ningún momento haber sufrido el robo o sustracción de su coche, no se limite a negarse a declarar quién lo conducía, pues estaba en su derecho, sino que además juegue a despistar a los agentes manifestando primero que fue un amigo y aseverando después que era otro familiar suyo», reprocha la togada, que deja una advertencia clara: «Una cosa es el derecho a no incriminarse, y otra burlarse de la justicia».

Es más, la togada ve «totalmente legítimas» las creencias de los agentes que investigaron el caso en relación a que era el acusado quien conducía el coche del accidente, y deriva el caso a la Jefatura Provincial de Tráfico, «por si la conducta del vehículo propiedad del acusado en el siniestro ocasionado pudiera ser constitutiva de infracción administrativa».