El ourensano Daniel Álvarez ha reformado Bali para convertirlo en una cafetería joven y alegre donde pasar un buen rato
06 jul 2022 . Actualizado a las 05:00 h.El ourensano Daniel Álvarez lleva toda su vida trabajando en hostelería. De hecho se trata de un oficio que mamó desde niño, pues su padre estuvo al frente de la cafetería Bali, en la avenida Alfonso Rodríguez Castelao de Ourense, durante más de dos décadas. «Mi padre era un trabajador incansable, metódico y muy serio», dice. En el 2018, con todo lo aprendido en el negocio familiar, más una larga experiencia en espacios como el Hotel Auriense, Daniel decidió renovar el local y darle un toque diferente y juvenil. «Esto es un bar de barrio y durante años aquí se venía a echar la partida después de comer, de hecho consiguió el premio a mejor sede para jugar al mus en Ourense en varias ocasiones. Mi intención fue rejuvenecer el ambiente y convertirlo en un lugar moderno, agradable y, sobre todo, muy cercano y familiar», confiesa. El nuevo Bali, que ya tiene cuatro años, lo completan los hosteleros Gabriel Román, Elisabeth Vega y Rudy Covarrubi.
Abre desde las ocho de la mañana y cubre todos los momentos del día, desde los desayunos a las cenas. Para empezar la jornada con fuerza tienen café orgánico acompañado de opciones como los cruasanes de mantequilla de Anduriña o una amplia variedad de tostadas, como la de guacamole casero y tomate o la de aceite y jamón. También preparan platos para compartir a mediodía o, cuando más triunfan, en las cenas. Destacan sus tostas de pulpo o de lomo al ajillo con queso de Arzúa, las gambas en tempura, los mejillones tigre o las sartenes de raxo, zorza o secreto. Tienen claro el secreto. «La alegría, la actitud y la cercanía. Nosotros hablamos con el cliente, le escuchamos, le recomendamos y le mimamos todo lo que podemos. Aquí la gente viene a relajarse y a pasarlo bien y eso es lo que más nos gusta conseguir», termina Dani.