La cantante, natural de Velle, pausará su carrera artística en la formación a finales de octubre y lo hará por tiempo indefinido
12 oct 2022 . Actualizado a las 16:55 h.La ourensana Lucía Sánchez canta desde que tiene uso de razón. «De nena estaba no coro de Velle, o meu pobo, e os veciños pedíanme que cantara nas súas vodas», recuerda. Después vio esa luz en sus cuerdas vocales uno de sus profesores de música del colegio y entonces su madre la apuntó a clases de solfeo. Con 18 la cogieron en la orquesta ourensana Ledicia. «Pero continuei cos estudos porque iso era obrigatorio na miña casa. O do grupo era por probar, nunca pensei que fóra algo real», admite. Se sacó Peluquería y Estética y al terminar recibió dos ofertas que la hicieron tomar la decisión clave de su carrera. O coger un contrato profesional en un centro de belleza o se sumaba a la orquesta Cinema. «Molléime pola música e escollín desfrutar desta arte», dice Lucía. Gracias a esa decisión en el 2018 entró en las filas de París de Noia, una de las orquestas más reconocidas en Galicia, con la que lleva girando cinco largos años. «Foi un cambio a todos os niveis. O máis difícil foi asumir a distancia. Tes que ter claro que vas perderte moitos momentos cruciais na vida dos teus, tanto bos como malos. Nós facemos a festa pero moitas veces non a desfrutamos. Pero cando sobes ao escenario todo compensa, é unha sensación inexplicable e aditiva», explica esta artista ourensana.
Ahora Lucía va a pausar ese efecto por un tiempo y lo hace por la mejor de las causas. «Estou embarazada e deixo París de Noia para volver a Velle coa miña parella e a miña familia e darlle o 100 % de min a este bebé», confiesa. Lo hará a finales de octubre y por un tiempo indefinido. «Cando recibín a chamada desta orquestra dixen que si sen dubidar, foi o mellor que me pasou, pero agora tócame parar», amplía. Se centrará en ayudar en el negocio familiar, Sánchez Hogar, una empresa de ropa de casa. Y no dejará que su voz se apague. «Si que compatibilizarei con cantar en algún evento privado, pero con cabeciña», termina.