El profesor de saxofón del estudiante que falleció en un instituto de Ourense: «Siempre con nosotros Manu»
OURENSE
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En la Escuela Municipal de Música de la ciudad recuerdan al alumno que perdió la vida el pasado 26 de octubre al derrumbarse el muro de un vestuario del IES Julio Prieto Nespereira
18 ene 2023 . Actualizado a las 20:37 h.Nacho Casas es profesor de Saxofón en la Escuela Municipal de Música de Ourense y daba clase a Manuel, el adolescente que falleció en el IES Julio Prieto Nespereira al derrumbarse el muro de un vestuario. Así recuerda a su alumno, que cada martes acudía a la escuela a clase de Orquesta:
Hoy es martes, y como cada martes en la Escuela de Música tenemos clase de Orquesta. Pero hoy no va a ser un martes cualquiera, no va a ser un martes normal, hoy en la orquesta no va a sonar el saxo de nuestro alumno y compañero Manuel, hoy en la orquesta se escuchará ese silencio.
Se nos hace muy duro pensar que hace tan solo dos semanas estaba aquí con nosotros animado con los «cuernos de demonio» que le había prestado Noa, su compañera de atril, como «disfraz Samaín-Halloween» para el ensayo, y bromeaba diciendo que no iba de demonio, que iba de vaca. Al terminar la clase, Manuel y Noa subieron a la segunda planta para ver la decoración que habíamos preparado y cuando me los crucé al bajar me dijeron: «Nacho, te hemos robado unas chucherías»... Y esas fueron las últimas palabras que tuve con Manu.
Era todo corazón, un gran chico, siempre de buen humor y siempre predispuesto a ayudar y a echar una mano. Después de más de diez años en la escuela, se nos vienen a la cabeza multitud de recuerdos y anécdotas. Cosas como verlo de pequeño bailando con sus compañeros de Música y Movimiento; confundirse el día de la clase de orquesta y no venir, o venir otro día; o el día que llegó empapado porque lo había pillado una tormenta a mitad de camino y mandarlo a casa de sus abuelos para secarse y cambiarse de ropa, compartir afición musical con su madre y su hermana tocando juntos y mil cosas más.
Recuerdo cómo lo pinchaba, igual que al resto de mis alumnos y alumnas, diciéndole que tenía que traer golosinas cada vez que fallaba una nota al tocar la escala, golosinas que acabábamos comiendo entre los alumnos y profes. Uno de mis últimos recuerdos es cuando este curso se me ocurrió modificar mi «castigo» por cambiar las notas al tocar la escala, y sabiendo que estaba en un equipo ciclista, le propuse que por cada fallo tenía que hacer un kilómetro extra en uno de sus entrenamientos. Manu llegó a clase a la semana siguiente y lo primero que me dijo fue: «Nacho, ya he hecho los cinco kilómetros de propina que me dijiste la semana pasada». Y me enseñó su entrenamiento en Strava para demostrármelo. Así era Manu, leal, sincero, responsable y comprometido.
Hoy es martes, hoy hay clase de Orquesta en la Escuela de música, pero hoy Manu no vendrá antes de tiempo para ayudarme a colocar las sillas, hoy seremos nosotros los que coloquemos su silla y su saxo y le rendiremos un pequeño e íntimo homenaje. Siempre con nosotros Manu.