Luces y sombras

Ruth Nóvoa de Manuel
Ruth Nóvoa DE REOJO

OURENSE

Santi M. Amil

04 dic 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Me gustan las luces de Navidad. Igual que decorar el árbol, regalar panettones, escuchar versiones de villancicos, preparar el amigo invisible (o una versión que acabo de conocer: el amigo inservible), hacernos una foto en el árbol, la caña del 31 antes de cenar, tomar chocolate con churros (aunque no sea el mismo que pedía en el Marinto cuando era pequeña), ir a la cabalgata, preparar el turrón para los Reyes... esa es mi Navidad. Me gusta que tenga luces que, aunque no calientan, sí dan calor.

Hay cosas que te gustan y cosas que te importan. Que importan. Es fundamental distinguirlas.

Las asociaciones que se han quedado sin ayudas municipales por falta de crédito no pueden comerse las bombillas navideñas ni pagar a sus trabajadores sociales con leds y guirnaldas. Yo no quiero que la ciudad esté apagada en Navidad, pero quiero que esté encendida el resto del año. Quiero vivir en un lugar en el que seamos capaces de cuidarnos los unos a los otros. Y en esto andan estas entidades sociales: Asociación de Fibromialgia y Fatiga Crónica; Fundación Neuroburgas, Valores C Innovation, Amigos de Galicia, Asociación Diabética Auria, Alcer, Asociación de Dano Cerebral Renacer, Discafis-Cogami, Ingada, Asociación Esgaia Inserta y Amencer. Las nombro porque a veces parece que lo que no se escribe, lo que no se dice en voz alta, no existe. Y es importante no dejarse deslumbrar por los brillos. Lo explica bien el responsable de Amigos de Galicia, Jesús Bustos: «Oxalá non tiveramos que existir, pero por desgraza quen ten a obriga de atender a todas esas persoas, que son os servizos públicos, non o fai. Non é de recibo que che estean derivando á xente e quiten a pouca axuda que dan para que cubramos unha necesidade social que é a súa responsabilidade».

No hay más preguntas, señoría.